En la Venezuela con Capanaparo (inicio de la autopista) un enorme hueco da la bienvenida a propios y visitantes. Cualquiera que transite por esa vía, se da cuenta de inmediato de las consecuencias que dejó el desbordamiento de una cloaca en el lugar.
Olor fétido y cabillas que alertan del peligro, integran el panorama de este lugar que debería ser referencia, porque es la entrada a Barquisimeto.
Consejos comunales de La Rosaleda y Santa Elena han denunciado en reiteradas oportunidades el peligro por el que atraviesan peatones y conductores después de las 6 de la tarde.
«Hemos llamado a Aguas de Lara (Hidrolara) en reiteradas oportunidades… dicen que van a venir, pero no lo hacen. ¿Hasta cuándo tanto abandono? Por esta zona cumplimos con el pago de todos los servicios, como para que sean indiferentes con nosotros. También somos ciudadanos y larenses por demás», comentó a elimpulso.com Ángela González, habitantes de La Rosaleda.
Con ella, un señor de la tercera edad, Francisco Torrealba, que caminaba por El Cardenalito comentó que los usuarios que hacen su parada en el Paseo de Las Flores no soportan el olor.
«Da vergüenza ver que esta situación persiste, porque todos los pasajeros se quedan en la parada. Es una situación lamentable y deprimente», dijo.
En Palavecino igual situación
Las principales arterias viales de Cabudare y sectores adyacentes presentan igual condición de deterioro. Los conductores son los más afectados porque deben pasar por amplios huecos que dañan sus cauchos y amortiguadores.
«Cuando paso por un hueco, le doy poco a poco. De esto vivo, y si no cuido mi carrito, la Alcaldía (de Palavecino) no me lo va a arreglar. Ellos andan en su mundo, y nosotros buscando la forma de trabajar», comentó Pedro Paz, conductor de la ruta La Mora.