Nunca he escuchado su voz aunque tiene años en la política, desde que fue –creo- directora de educación o algo así, de uno de los gobiernos estatales. Tampoco se la escuché cuando era candidata a la alcaldía de Palavecino y nunca me enteré de cuáles eran sus propuestas o su visión básica de lo que había que hacer en el municipio. Ni supe si dijo algo cuando tomó el cargo y tampoco desde entonces.
Llegué hasta a pensar que era un cambio bienvenido ante tantos políticos que son pentalingües porque hablan por la boca, los dos codos, con los ojos y en lenguaje de señas. Fiel a mi práctica de mal pensante llegué a creer que ella era, en cierta manera, Nuestra Señora del Silencio, imagen a la que se encomiendan los que son víctimas del peor castigo: el del aislamiento total y prolongado en las llamadas tumbas, celdas propias de los regímenes totalitarios.
Pero estaba equivocado pues, la virgen es una sola, aunque actúa bajo diferentes advocaciones. Y una de ellas es la de Nuestra Señora de las Moscas, Santa Patrona a la que se encomiendan las víctimas de las moscas, del mosquero, de las nubes de moscas que hacen vida permanente en Palavecino y hasta tienen carta de ciudadanía, con carnet de la patria y todos sus beneficios colaterales.
Durante la administración de José Barrera, uno de los problemas graves era la recogida y disposición de los desechos domésticos. Él estaba consciente de esto y con frecuencia se refería al problema y sabíamos de su voluntad de resolverlo pero, además de las ya evidentes insuficiencias presupuestarias, tenía que lidiar con dos clases de saboteadores: los internos a la alcaldía, principalmente los del sindicato chavista que le robaban piezas a los camiones inutilizándolos para el servicio, y los chavistas externos, quienes, apenas se había limpiado una calle, pasaban arrojando basura y creándole una imagen negativa y dificultades al alcalde.
Era de esperarse que con la nueva alcalde, eso dejaría de ser y tendríamos un ambiente más limpio, libre de moscas y de las enfermedades que ellas van dejando por donde pasan. Eso era lo que esperábamos y que hasta ahora no ha sido, como tampoco ha sido anunciado ningún plan, ninguna acción así fuera de mentiritas. Y nadie parece saber que ocurre en la alcaldía, pues parece estar acéfala la mayor parte del tiempo.
De paso: ¿No es un delito cobrar por alguna prestación que no se recibe? ¿No es eso un delito de estafa? Es un delito agravado además por la imposibilidad de acudir a algún ente que proteja al ciudadano. Solo queda seguir rezándole a Nuestra Señora de las Moscas que pronto será más conocida que la Divina Pastora.