Presidentes de la izquierda latinoamericana y una decena de altos dirigentes políticos de la región hicieron votos por lograr la unión de las fuerzas progresistas, expresaron su solidaridad con Nicaragua y rindieron homenaje al fallecido expresidente cubano Fidel Castro.
Los líderes se unieron a unos 600 delegados de partidos y movimientos del continente reunidos en el foro de Sao Paulo –que agrupa a las organizaciones de este signo político– y que sesionó desde el domingo en esta capital.
«Debemos enfrentar, denunciar, aislar y derrotar a la derecha latinoamericana que ha pretendido acabar con los movimientos progresistas», dijo el presidente venezolano Nicolás Maduro antes de cederle la palabra a su homólogo cubano Miguel Díaz-Canel.
«Nos ha tocado verle la cara a todas las formas de la guerra no convencional», agregó Maduro, quien acusó al gobierno de Estados Unidos de implementar fórmulas de desestabilización en las naciones que se dan gobiernos no afines a Washington y defienden los recursos naturales de los países. «El año pasado Venezuela soportó 120 días de agresiones continuas pagadas por la Embajada de Estados Unidos para presentar una Venezuela en caos… Hoy se la están aplicando a Nicaragua».
Además estuvieron los gobernantes Salvador Sánchez Cerén de El Salvador, Evo Morales de Bolivia; exmandatarios como la brasileña Dilma Rousseff y el hondureño Manuel Zelaya, el independentista puertorriqueño Oscar López. A ellos se unió un delegado de la argentina Cristina Fernández, el excanciller Jorge Taiana y el excanciller ecuatoriano Ricardo Patiño.
Unos y otros hablaron de la necesidad de la unidad de la izquierda latinoamericana ante los embates de las fuerzas de derecha, saludaron las elecciones en México con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, rechazaron comentarios de la Organización de Estados Americanos y sobre todo, una y otra vez demandaron la libertad para el exmandatario brasilero, Luiz Inacio Lula da Silva.
«Pese a todos los esfuerzos del imperialismo yanqui se mantiene viva la llama de la rebeldía», expresó Díaz-Canel, para quien la izquierda y las políticas progresistas son la única forma de lograr un continente con menos pobreza y desigualdad social en el que las mayorías preserven algunas de las conquistas logradas en la pasada década.