La Copa del Mundo aterrizó hoy a las 16:50 horas (14:50 GMT) en el aeropuerto Charles de Gaulle de París junto con los ‘bleus‘ que la conquistaron en Rusia tras ganar la final contra Croacia.
El avión, que había despegado unas 4 horas antes de Moscú, se posó en el aeropuerto parisiense, donde fue recibido con juegos de agua de la dotación de bomberos del mismo.
Fue la ministra de Deportes, Laura Flessel, la encargada de recibirles a la puerta del avión, donde el capitán, Hugo Lloris, fue el primero en descender, con el trofeo en la mano, rodeado del seleccionador, Didier Deschamps, y del presidente de la Federación, Noel Le Graet.
Francia recibió a su selección nacional con un desfile en la avenida de los Campos Elíseos, en el centro de la capital, París, donde decenas de aficionados festejaron la victoria por 4-2 sobre Croacia en la final de Moscú el domingo.
Posteriormente, los jugadores fueron desfilando por la escalerilla para llegar a una alfombra roja que les condujo a un pequeño podium donde se hicieron la primera foto en suelo francés con el trofeo conquistado.
Los franceses, sin embargo, están más enamorados de los jugadores, como el as de 19 años Kylian Mbappe o el seleccionador Didier Deschamps. El técnico es el protagonista de una parodia que circula por internet sugiriendo cambiar el nombre de la avenida más famosa de París por «Deschamps Elíseos».
La victoria en el Mundial permite a los jóvenes franceses _ como los que viven en los suburbios pobres donde se criaron muchos de los campeones _ “atreverse a creer en su sueños”, dijo la ministra de Deportes, Laura Flessel, en la emisora de radio Europe-1.
En el vecindario de Belleville, en el este de París y desde donde puede avistarse la Torre Eiffel en la lejanía, Vincent Simon dijo: «Ambos equipos merecieron ganar. Francia ganó, y eso es bueno para el país, nos hará bien durante algunos meses”.
Otro parisino, Florian Scaven, pudo ver solo partes de la final en el ala de maternidad del hospital donde su esposa dio a luz durante el partido. «Vibramos con las bocinas de la calle. Estamos contentos. Larga vida a Francia”.
Este es el segundo Mundial para Francia, y la victoria llegó en el momento de necesidad para la población.
«Representa cosas enormes”, apuntó Goffrey Hamsik, ataviado con un sombrero con forma de gallo _ el símbolo nacional del país _ y una camiseta con el dorsal 10 de Kylian Mbappe, la estrella emergente que salió del suburbio parisino de Bondy.
«En los últimos tres años tuvimos muchos problemas en Francia”, dijo recordando los letales ataques extremistas. «Esto es bueno para la moral. Aquí, estamos todos unidos. Nos mezclamos. No hay religión, no hay nada, y eso se siente bien”.
Cientos de agentes de policía vestidos con equipos antimotines guardaron una discreta fila en las calles laterales para controlar a los fiesteros. Por lo general, las celebraciones en Francia terminan con algunos escaparates rotos y otros daños, y la noche del domingo no fue una excepción y en un momento dado se emplearon gases lacrimógenos en los Campos Elíseos. Unos 4.000 policías controlaron la zona delimitada para los aficionados _ que estaba al máximo de su capacidad de 90.000 personas _ durante el encuentro y luego se trasladaron a los Campos Elíseos y a calles aledañas.
A medida que caía la noche, la Torre Eiffel se iluminó con las fechas 1998-2018 para recordar los dos Mundiales de Francia. En el arco del Arco del Triunfo se proyectaron los colores nacionales, el gallo las caras de los ganadores y del lema “orgulloso de ser Bleu”, o francés.