El Fondo Monetario Internacional ajustó el lunes a la baja su pronóstico de crecimiento económico para América Latina y el Caribe para 2018 y 2019, debido principalmente a una reciente apreciación del dólar y a un incremento en los precios del petróleo.
El FMI estima que la economía regional podrá crecer a un ritmo de 1,6% este año y 2,6% el año próximo, una reducción de 0,4% y 0,2%, respectivamente, en comparación con la proyección que había emitido en abril.
Pese al recorte, la proyección de crecimiento para América Latina aún representa un aumento respecto del crecimiento de 1,3% alcanzado en 2017.
El Fondo recortó en medio punto porcentual (a 1,8%) su proyección de crecimiento de este año de la economía brasileña, cuya divisa «se ha depreciado más del 10 por ciento debido a una recuperación más débil de la esperada y a la incertidumbre política».
También redujo las proyecciones para Argentina -cuya moneda se ha devaluado más de 50% desde comienzos de año- y Venezuela, cuya producción petrolera ha disminuido considerablemente por lo que no podrá aprovechar el incremento de 16% en los precios entre febrero y junio para recuperarse del colapso económico que atraviesa.
Pese a la incertidumbre generada por las prolongadas negociaciones comerciales con Estados Unidos y las prioridades que pueda definir un nuevo gobierno, el FMI mantuvo en 2,3% su proyección de crecimiento durante 2018 para la economía mexicana.
También conservó sin cambios su proyección de que la economía global crezca este año 3,9% -la mayor expansión desde 2011- y la estadounidense 2,4%, cuya divisa se ha apreciado alrededor del 5% desde febrero.