El 28 de enero del 2021 el Zulia recordará el bicentenario de la proclamación de su
independencia como República Democrática e Independiente de Maracaibo. Al
tomar Caracas los patriotas venezolanos, la colonia española trasladó la Capitanía
General a Maracaibo. Como República, Maracaibo integró con Venezuela,
Colombia y Ecuador la Gran Colombia de Bolívar.
Este acontecimiento debiera comenzar a prepararse no solo en obras publicas sino
ideológicamente. Los zulianos necesitan conocer a profundidad las razones y
circunstancias que hubo para no apoyar la independencia de Venezuela del 5 de
julio de 1811. Los historiadores zulianos Antonio Márquez Morales, Marlene
Nava, Vinicio Nava Urribarri, Juan Carlos Morales Manzur y Ángel Lombardi
Boscan tienen formidables trabajos al respecto.
El centro de Maracaibo necesita un remozamiento. Hay que exhibir para la fecha
una ciudad de destino a la par de Santo Domingo, Cartagena, Panamá, San Juan de
Puerto Rico y La Habana. La Avenida Libertador y la Plaza Baralt forman un
conjunto estupendo para heladerías, restaurantes, discotecas, cafés, cines, hoteles y
lugares de esparcimiento.
Estos espacios deben ser despejados de buhoneros y basura, dotarlos de seguridad,
buen transporte para ofrecerlos al turista nacional y extranjero. El llamado
Mercado de las Pulgas, debe ser reacondicionado y sus vendedores sometidos a un
curso de adiestramiento a modo que los convierta en propietarios de
establecimientos a la par de los grandes mercados públicos del mundo civilizado.
Maracaibo debiera estrenar para la fecha el Museo de Bellas Artes que tanto
solicitaron los grandes pintores del Zulia, Julio Arraga y Manuel Puchi Fonseca.
La antigua cárcel de Maracaibo, especie de mastaba egipcia, podría ser el lugar
ideal para esta obra. Las Avenidas pioneras de Maracaibo, Bella Vista, Las
Delicias, Los Haticos, El Milagro y La Limpia debieran ser arregladas con una
jardinería, arborización e iluminación de lujo para la conmemoración.
Al Puerto de Maracaibo, que recibía en el siglo XX barcos procedentes de los
Estados Unidos y Europa, debiera devolvérsele el Faro que lo distinguió en otra época. Anexa a esa construcción, podría funcionar una edificación donde se
exhibiera en fotografías, el esplendor del Maracaibo que se bastaba así mismo.
El Consejo Legislativo debiera declarar, sin temor, de una vez por todas, el 28 de
enero día de fiesta regional, como lo es el 24 de octubre y el 18 de noviembre. Y el
Paseo Ciencias debiera llamarse 28 de enero y exhibir un monumento con los
nombres de los patriotas zulianos de esa gesta.
Edmund Burke y Helmund Kohl han dicho respectivamente con razón “Las gentes
que nunca se preocupan por sus antepasados jamás miraran hacia la posteridad” y
“Un pueblo que no reconoce su historia no puede comprender el presente ni
construir el porvenir”. A lo que añade Marcelino Menéndez y Pelayo “Pueblo que
no sabe su historia es un pueblo condenado irrevocablemente a la muerte”.