Con pequeñas mochilas en la mano y sonrisas en los rostros, niños migrantes fueron reunidos con sus padres el martes mientras el gobierno del presidente Donald Trump intenta cumplir con el plazo ordenado por una corte para reunir a decenas de infantes que fueron separados por la fuerza de sus familias en la frontera de Estados Unidos con México.
En la ciudad de Grand Rapids, Michigan, dos niñas y un niño que habían estado bajo custodia temporal se reunieron con sus padres hondureños en un centro del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) tres meses después de haber sido separados.
Los tres padres estaban «abrazándolos y diciéndoles que todo estaba bien y que nunca más se volverían a separar», dijo Abril Valdes, abogada de cuestiones de inmigración.
Uno de los padres, Ever Reyes Mejía, salió del centro del ICE cargando a su sonriente hijo y su mochila. A bordo de un automóvil, padre e hijo se alejaron de la instalación.
El Departamento de Justicia indicó el martes que más de 50 niños menores a 5 años podrían estar con sus padres cuando se cumpla el plazo al término del día.
Fue la labor más grande hasta la fecha para revertir los efectos de la política de «cero tolerancia» del presidente Donald Trump que provocó la separación de familias que intentaron ingresar de forma ilegal a Estados Unidos por la frontera con México.
Las autoridades proporcionaron pocos detalles sobre dónde ocurrirán dichas reuniones y se prevé que muchas se lleven a cabo en privado.
En Grand Rapids, los niños estaban «completamente felices de estar otra vez con sus padres. Para ellos es muy confuso que haya mucha gente aquí y que haya tantos extraños, pero saben que están a salvo», dijo Valdes afuera de las oficinas del ICE.
Mientras tanto, los abogados del gobierno indicaron a un juez federal en San Diego que el gobierno del presidente Trump no cumpliría con el plazo para reunir a otros 20 niños menores a 5 años con sus padres debido a que necesitaba más tiempo para ubicar a sus padres, quienes ya fueron deportados o liberados en Estados Unidos.
Cuando le preguntaron sobre incumplir el plazo, el presidente Trump contestó: «Bueno, tengo una solución. Díganle a la gente que no venga a nuestro país de forma ilegal. Esa es la solución».
El gobierno enfrenta un segundo plazo, el 26 de julio, para reunir a unos 2.000 niños mayores a 5 años que también fueron separados de sus familias por las autoridades en los últimos meses.
Las autoridades dijeron que la mayoría de los padres serían liberados en Estados Unidos de centros de detención para inmigrantes y que los niños saldrían de albergues contratados por el gobierno y de custodia temporal. Es probable que se les pida a los adultos portar tobilleras de rastreo mientras sus casos son revisados por un tribunal de inmigración, un proceso que puede durar años.