La gente en el mundo y sobre todo hoy día en Venezuela vive estresada, asustada, preocupada. Con un pensamiento permanente de incertidumbre por lo que está pasando o va a pasar. Y eso, tal vez se justifique en un mundo sin Cristo Jesús. Pero para nosotros los cristianos, quienes hemos aceptado a Cristo en nuestro corazón, que hemos abrazado la Verdad verdadera contenida en su Palabra, que esperamos su pronto regreso a esta tierra debe ser distinto. Negar que podamos tener aflicciones, temores e incertidumbre en este turbulento viaje por la vida, sería mentir. Pero estamos llamados a hacer un esfuerzo por tener una disposición diferente a los demás. A vivir por fe. Tranquilos y esperanzados en un futuro mejor, aún, en medio de tanta adversidad, por cuanto predicamos con nuestro testimonio.
Se cuenta la historia de un importante viaje que hacía un avión repleto de pasajeros. Que en un momento del recorrido a más de 10 mil metros de altitud le azotó una terrible tormenta que bamboleaba el aparato como si fuera de papel. La turbulencia del viaje era insoportable, espantosa. Todos los pasajeros estaban aterrados. Pero había un niño como de 8 años que no se inmutaba con lo que estaba pasando. Estaba permanentemente entretenido jugando con un aparato electrónico. Cuando la tormenta se calmó y todo volvió a la normalidad, le preguntaron al niño, la razón por la cual él estaba tan tranquilo, contestó de manera sencilla: “Porque el piloto del avión es mi papá”. ¿Cómo les parece?
La ley define al piloto así. “Es el Comandante de la aeronave, desempeñará el mando y será el responsable de la misma y de su tripulación, de los viajeros y equipajes, de la carga y del correo desde que se haga cargo de ella al emprender el vuelo. Cuando haya finalizado el vuelo, hará entrega de la aeronave, pasajeros, correo y carga a cualquier autoridad competente o al representante de la empresa”
Dios, el Señor Jesucristo, nuestro Padre Celestial es el piloto de esta nave espacial que se llama Tierra. El Viaje está cargado de turbulencias, serias, graves y hasta espantosas, pero debemos recordar siempre, quien está al mando de la misma. Cuando Jesús en la cruz del calvario dijo “Consumado es”, estaba diciendo que todo ya estaba arreglado. Que la raza humana pecadora había sido rescatada del pecado inducido por el gran engañador y que ya era salva. Que el hombre no tenía razón para vivir preocupado, por cuanto sus pecados ya son perdonados por la muerte sustituta de nuestro Señor Jesucristo. El problema se presenta cuando apartando los ojos de la cruz del calvario olvidamos que el reino de Dios no es de este mundo. Que somos peregrinos en esta Tierra y que pronto nos iremos a un mundo mejor prometido en las SAGRADAS ESCRITURAS.
“Jesús había completado la obra que su Padre le había dado para que hiciera. De acuerdo con lo establecido, se había cumplido cada paso del plan de la redención forjado antes de la fundación del mundo. Satanás había fracasado en sus intentos de desbaratar ese plan. La victoria de Cristo aseguraba la salvación de los hombres”. El Deseado de Todas las Gentes. Pag. 706-713. Elena de White.
Mis apreciados, nunca olvidemos que nuestro Señor Jesucristo es el Comandante de esta aeronave llamada Tierra y como responsable de la misma, de su tripulación que somos nosotros los cristianos, los viajeros, con toda seguridad, cuando haya finalizado el vuelo, con su Segunda Venida, se la entregará a la máxima autoridad: nuestro Padre Celestial. ¡ÁNIMO! ¡Hasta la semana que viene por la WEB DIOS mediante!