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- Los venezolanos hemos adoptado el vegetarianismo como modo de vida. De vainita vivimos.
- Si en el país a un ciudadano le preguntasen ¿cómo te va? podría contestar, con veracidad: “no me puedo quejar”, pues el quejarse le saldría caro. Es parte de la inflación que vivimos.
- Es decir, “todo está color de rosas y de las muy finas”. Si nos quejamos, nos clavan las espinas.
- Tengo un miembro de la familia que le da gracias a Dios por ser ateo ¡Qué bueno es Dios!
- Al flojo se le conoce su flojera así venga sudao. El mismo se cansa hasta de descansar.
- Al tiempo hay que dejarlo que corra a su velocidad. Cuando queremos que se apure, los segundos los convierte en eternidad; y cuando queremos que se detenga, es cuando corre más.
- Las mujeres no admiten su edad y nosotros tratamos de no aparentarla.
- Todo hombre tiene su precio. El de la mujer depende de su figura. Diosa Canales hace tiempo que buscó un mejor canal para su profesión en Colombia.
- No es lo mismo el amor al poder que el poder del amor. El primero busca atar amarras para siempre. EL segundo, las desata para amar en libertad.
- Si usted nota que la gente se duerme cuando habla, ya es tiempo de agregarle algo de cafeína a su conversación.
- Si nunca nos equivocamos porque nunca hemos hecho nada, ésa es nuestra peor equivocación.
- En Venezuela pensamos y, luego por pensar, dejamos de existir. Aquí no vale el “pienso, luego existo” de Descarte. En vez de buscar la razón en la verdad, se busca en la mentira.
- ¿A qué podemos llamar un milagro?Uno de ellos podría ser el que una dama encuentre lo que busca en su cartera en apenas ¡su primer intento!
- Le aumentaron nuevamente (y de manera sustancial) el sueldo a los militares. Quien lo hace se asegura de que no pasen trabajo en democracia o dictadura. Pero no nos llamemos a engaño, más bien nos debe dar risa, ya que los billeticos verdes, seguirán siendo el honor y la divisa.
- Los seres humanos tenemos nuestras mañas. Por ejemplo, los hombres al ir a la playa tendemos a enfocarnos en ese sagrado 10% que las mujeres ocultan, olvidándonos del 80% que dejan al descubierto.
- Una vez, en una oficina de Corpoelec fui a pagar un recibo de Luz, y me encontré con un mensaje que decía: “prohibido hablar mal de Chávez en este recinto”. Firma, la Gerencia. Y abajo del mismo, en letras más chiquititas, un grafiti que resaltaba:” ¿y de Maduro, sí?”. No sé si todavía los trabajadores lo mantengan o si le anexaron otro de diferente color.
- No es cierto que la cosa esté tan mal como la vemos porque en verdad está peor.
- Quienes contamos con la dicha de una mascota (no de béisbol) en casa, podemos compartir con los demás unas 2 ó 3 cosas que aprendemos de ellas: 1) correr a mostrarle amor a quien amamos 2) aguantarle su genio cuando no está en su mejor día, y 3) callarnos para sentarnos a su lado en solidaridad. En nuestro caso, mi perrito Rocco a diario nos da esa lección.
- Ciertamente, muchos de mis compañeritos de infancia, al igual que este servidor, nacimos bien discapacitados económicamente. Eso sí, con el resto de las capacidades intactas, quedaba de nuestra parte el darles buen uso. Claro, es bueno decir, que esa infancia la vivimos a todo trapo, gracias la donación de ropa usada de la “Alianza Para el Progreso”. Nos vemos por ahí.
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