El estadio nacional de fútbol de Irán, llamado Azadi, significa «libertad». Un nombre con cierta ironía para las mujeres de ese país, que tuvieron que esperar 37 años para ingresar a ver un partido.
El partido no se dio entre 22 jugadores corriendo en ese terreno de juego, pero sí fue para observar a su seleccionado en pantalla gigante, en el evento más importante del fútbol: la Copa del Mundo.
Así, por primera vez desde el 5 de octubre de 1981, las mujeres iraníes accedieron a las tribunas de la cancha en Teherán y disfrutaron del espectáculo a pesar de la caída de su equipo 1-0 contra España.
Con la apertura de las puertas se permitió el acceso de unas 10.000 personas y el público debió comprar su entrada a través de internet.
Samia, una de las mujeres que ingresó, se expresó en Twitter mientras subía una imagen del interior del estadio. «Estoy llorando de forma ridícula».
No resultó la única. «Llevo una hora llorando. En este país es difícil estar feliz. Voy a volver al estadio», escribió Negar.