A través de un comunicado público, los directivos de la Cámara Venezolana de Editores, CAVE, asociación que agrupa a las editoriales de textos educativos en Venezuela, expresan su inquietud sobre el uso indiscriminado de las fotocopias como material de estudio en sustitución de los textos escolares.
Explican que entre las premisas que se manejan para el uso de material reprográfico están: “las fotocopias son más económicas que los textos escolares, los libros han subido mucho de precio, los estudiantes pueden bajar información de internet e imprimirla, entre otras”.
En este sentido, aseguran que estos argumentos demuestran gran desinformación sobre la importancia del manual o texto educativo.
“El texto es un compendio estructurado por expertos con una visión didáctica organizada y jerarquizada. Es un poderoso instrumento en el proceso de enseñanza-aprendizaje, vincula aspectos teóricos y actividades prácticas con el propósito de orientar al docente y conducir al estudiante a metas concretas determinadas por los requerimientos de cada nivel educativo, según los currículos vigentes emanados por el ministerio de educación”, explican.
Señalan que la utilización de fotocopias en forma indiscriminada de material extraído de libros o internet es tan inocente y cotidiana que a veces ni siquiera sus usuarios perciben cuando trasgreden el límite de la violación de derechos de autor, o aplican una inadecuada y desestructurada estrategia de aprendizaje que reduce su valor, y además, representa mayores gastos para padres y estudiantes y pérdidas para el sector editorial.
“La elaboración de textos escolares implica grandes inversiones de recursos para la investigación y desarrollo, es fuente de empleo para autores, correctores, diagramadores, ilustradores. Incluye procesos industriales de impresión para producir libros de calidad, a todo color, a costes considerablemente más bajos que la reproducción fotostática. La eventual escasez de libros y textos escolares obedece a las mismas causas que actualmente afectan a toda la economía venezolana: hiperinflación, bajo poder adquisitivo, controles exacerbados, accesibilidad a financiamiento”, resaltan.
La Cámara Venezolana de Editores en cumplimiento de su responsabilidad social empresarial alerta a padres, representantes y docentes sobre este trastorno cultural que de hacerse sostenido en el tiempo, no solo genera desempleo, si no que cercena la creatividad, la innovación y el derecho a la adecuada formación de millones de niños y jóvenes.
“La reprografía ilegal es incompatible con una sociedad del conocimiento, donde la mayoría de sus miembros generan un trabajo intelectual y fomentan una cultura propia de la cual nos debemos sentir orgullosos. Es un anacronismo impropio de sociedades que orientan su desarrollo según principios éticos de carácter mundial. Es necesario tomar conciencia promoviendo el respeto por la propiedad intelectual en resguardo de nuestro acervo cultural, de los autores, del sector editorial y de una educación de calidad”, concluye el comunicado.