Cuando faltan horas para que cierren los centros de votación, el presidente Nicolás Maduro invitó, desde el palacio de gobierno, a los venezolanos a votar e instó a los miembros del oficialismo a facilitar el transporte a sus seguidores para lograr un “remate de participación histórico”.
Maduro le restó importancia a las denuncias de irregularidades en el proceso que han hecho los candidatos independientes, y dijo que son “pequeños eventos” que no afectan la voluntad de los votantes.
Al ser consultado sobre un pronunciamiento del subsecretario de Estado norteamericano John Sullivan, quien reiteró que el gobierno de Donald Trump no reconocerá los resultados, el gobernante atribuyó la declaración a una “desesperación” de Washington ante el desarrollo de los comicios y dijo que hay una “agresión permanente del gobierno del Ku Klux Klan de los Estados Unidos” hacia Venezuela.
La jornada electoral transcurre con normalidad. Algunos opositores acudieron a iglesias católicas en la capital, vestidos de negro y con banderas venezolanas, para protestar contra la consulta, en la que no está participando la coalición opositora por considerar que el proceso es un “fraude electoral”.