Miles de personas estuvieron presentes durante horas en las calles de la localidad inglesa de Windsor ante la llegada del príncipe Harry y la estadounidense Meghan Markle, quienes se casaron este sábado en un evento que llamó la atención a nivel internacional.
Brasileños, canadienses, británicos y sobre todo estadounidenses poblaron desde primera hora del día los trenes que llegaron a la estación de Windsor, en cuyo castillo se casaron el nieto de la reina Isabel II y la ex actriz de 36 años.
Connie Harrington, originaria de Portland, Estados Unidos, que fue una de las tantas curiosas que se acercó a la localidad de 30.000 habitantes, situada a las afueras de Londres, indicó que Meghan Markle es «preciosa» y, además, bromeó con que «Enrique es un hombre del pueblo y le gusta la fiesta».
Los trenes estaban llenos desde las cinco de la mañana, hora a la que salió el primer ferrocarril desde Londres con dirección hacia Windsor.
Los más previsores decidieron acampar en los alrededores del castillo desde hace varios días.
Tras la ceremonia, los novios hicieron un recorrido de 25 minutos por destacados lugares de la localidad.
Los más apasionados ya habían guardado sitio en primera fila, provistos con mantas y comida para resistir el frío y el hambre.
Según fuentes policiales, se esperaba que se reúnan cerca de 120 mil personas en este pueblo del condado de Berkshire, al sudeste de Inglaterra.
Además de los miles de curiosos, más de 5 mil periodistas de todo el mundo estuvieron acreditados para cubrir el compromiso matrimonial del hijo menor de Diana de Gales.