La mayoría del pueblo venezolano desconoce la dimensión de la destrucción al que ha llegado uno de los países más ricos de la América Latina. Esto explica que a estas alturas no se haya producido una reacción con consecuencias parecidas a las de Italia con la caída de Mussolini al término de la segunda guerra mundial, o al bogotazo de 1948 cuando fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán en Colombia.
Algunas cifras dejan al más informado sin saber cómo comenzar a reconstruir este país. El desempleo ya alcanza un 33% y para el 2019 llegará al 39%. Lo que producirá un aumento de la desnutrición e inseguridad. Este empobrecimiento convierte al que ya es el segundo país más violento del mundo, en una fábrica de delincuentes. En el Estado Zulia se registraron 418 homicidios por atracos en el primer trimestre de este año.
La crisis de la salud no es de la aparición de enfermedades que se creían extinguidas, sino el déficit de 46.000 camas y saber que en veinte años el chavismo solo ha construido cuatro hospitales. A ello se suma el éxodo de médicos hacia otras latitudes, especialmente a Chile.
El parque automotor está igualmente destruido, lo que se refleja en la falta de transporte, carencia y carestía de repuestos y escasez de gasolina. Venezuela contaba con 22 refinerías, solo quedan cuatro operando. Estamos consumiendo gasolina importada. Hay un contrabando de gasolina hacia Brasil y Colombia.
El país que era uno de los mayores exportadores de petróleo ha llegado a producir apenas 1460 barriles diarios. PDVSA tiene una deuda de 42 millones dólares con el fondo de sus jubilados y 150 millones dólares a las empresas mixtas y expropiadas. Se sabe que en materia de informática, talentos, técnicos e inteligencia en general, llegan a 5000 millones dólares las pérdidas.
Es tal la situación de PDVSA que Gente del Petróleo considera que a la caída de la dictadura lo mejor será crear una nueva empresa. Estados Unidos ha impedido que el gobierno venda a Rusia CITGO para pagar las deudas. Y el prófugo Rafael Ramírez, ex presidente de la empresa ha dicho que PDVSA podría caer en una espiral acelerada.
Venezuela es según la CEPAL, el país con menos crecimiento en la región De 30.000 empresas e industrias quedan solo 2000. El problema de la electricidad es cada vez más grave. Los antiguos directivos, entre ellos Ali Rodríguez Araque y Jessie Chacón, ahora embajadores en Cuba y Austria, no han dado explicaciones acerca de los 4000 millones de dólares que le dieron a Enelven para solucionar el deterioro de este servicio público. El país está funcionando con el 50% de las plantas termoeléctricas. El chavismo en casi veinte años ha malgastado un millardo de dólares.
La crisis bancaria es la guinda del helado. Todo indica que el gobierno tiene como objetivo la nacionalización de toda la banca. Eso explica la intervención de Banesco y la presencia militar en otros bancos. Falta efectivo y la aparición de nuevos billetes agravará la crisis.