Israelíes y palestinos se preparaban a nuevos enfrentamientos el martes en los Territorios Palestinos al día siguiente de un baño de sangre en Gaza, el más grave en cuatro años que dejó casi 60 palestinos muertos por disparos de soldados israelíes.
Los palestinos de la Franja de Gaza y de Cisjordania ocupada conmemoran la «Nakba», la «catástrofe» que representó a sus ojos la creación del Estado de Israel en 1948 y el éxodo de centenares de miles de personas.
Este martes, en todo el enclave de Gaza enterraban a los que murieron el lunes en enfrentamientos con soldados israelíes que coincidieron con la inauguración de la nueva embajada estadounidense en Jerusalén, a unas decenas de kilómetros de distancia.
Mientras que representantes israelíes y estadounidenses celebraban un día «histórico» y la alianza entre los dos países, 58 palestinos, de ellos ocho menores, murieron por disparos israelíes. Un balance que se agravó el martes por la mañana con el anuncio de la muerte de un bebe, fallecido tras inhalar gases lacrimógenos durante las protestas, según el ministerio de Salud de Gaza.
Al menos 2.400 palestinos resultaron heridos, por disparos israelíes o por inhalar gas, según el ministerio.
Los habitantes de Gaza tienen planeado manifestar nuevamente frente a la valla de seguridad que separa al enclave de Israel.
Jalil al Hayya, uno de los responsables de Hamas, el movimiento islamista que dirige la Franja de Gaza, aseguró el lunes por la noche que el movimiento continuará.
Hamas, que peleó tres guerras contra Israel desde 2008, apoya la movilización asegurando que es por iniciativa civil y que es un movimiento pacífico. Sus miles de combatientes no sacaron de momento sus armas, pero Al Hayya dejó entender que ello podría cambiar.
‘Toda actividad terrorista tendrá respuesta’
El ejército israelí acusa a Hamas de utilizar este movimiento para mezclar entre la multitud a combatientes armados o para colocar artefactos explosivos en la frontera.
Las autoridades israelíes movilizaron a miles de soldados alrededor de la Franja de Gaza y en Cisjordania en previsión de nuevos disturbios. «Toda actividad terrorista tendrá una respuesta», advirtió.
Israel teme que los palestinos fuercen la valla de seguridad y se infiltren en Israel. Advirtió que utilizará «todos los medios» para proteger la barrera, sus soldados y a los civiles.
Al mismo tiempo asegura que sus soldados sólo recurren al uso de balas letales en última instancia.
También se prevén manifestaciones en Cisjordania, distante de unas decenas de kilómetros de la Franja de Gaza. Ambos territorios están separados por territorio israelí.
Por los sucesos del lunes Israel fue muy criticado y condenado por el uso excesivo de la fuerza.
El Consejo de Seguridad de la ONU debe reunirse a las 14H00 GMT por iniciativa de Kuwait.
Este martes China exhortó a la moderación, «especialmente a Israel (…) para evitar una escalada de tensiones».
La dirección palestina denunció una «masacre». Turquía y Sudáfrica decidieron llamar a consultas a sus respectivos embajadores.
Ankara acusó a Israel de «terrorismo de Estado» y de «genocidio», estimando que Estados Unidos comparte la responsabilidad de la «masacre» en Gaza.
En tanto, Francia «condenó la violencia de las Fuerzas Armadas israelíes contra manifestantes» palestinos.
Sin embargo, Estados Unidos, aliado histórico de Israel y cuyo presidente Donald Trump multiplicó los gestos favorables al Estado hebreo, bloqueó el lunes la adopción de un comunicado del Consejo de Seguridad que expresaba su «indignación y su tristeza ante la muerte de civiles palestinos que ejercen su derecho a manifestarse pacíficamente».
Desde el 30 de marzo la Franja de Gaza es escenario de protestas conocidas como «la gran marcha del retorno». Apunta a defender la reivindicación de los palestinos a regresar a las tierras de las que huyeron o fueron expulsados con la creación de Israel en 1948. Se trata asimismo de denunciar el bloqueo impuesto desde hace más de diez años a la Franja de Gaza por Israel para contener a Hamas.
‘Marcha del retorno’
Decenas de miles de palestinos, hombres, mujeres y niños, participaron en las protestas a lo largo de la frontera. Algunos con la intención de forzar la valla de seguridad israelí.
La mayoría de los gazatíes se mantienen a distancia del alcance de las balas israelíes, pero grupos más resueltos desafían a los soldados lanzándoles piedras.
Desde el 30 de marzo 113 palestinos murieron, la gran mayoría recibieron balas disparadas por soldados israelíes. Un soldado israelí resultó herido.
La «marcha del retorno» debía culminar con la conmemoración de la «Nakba». Pero la inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén agravó al delicada situación.
Los israelíes ven en la decisión estadounidense el reconocimiento de una realidad histórica de 3.000 años para el pueblo judío. Ésta coincide con el 70º aniversario de la creación del Estado de Israel, en pleno entusiasmo nacionalista y fervor proestadounidense.
Pero la iniciativa unilateral estadounidense causó un enorme disgusto entre los palestinos, que la consideran el resultado del posicionamiento a ultranza adoptado por el presidente Trump a favor de los israelíes desde que asumió el cargo, en 2017. Según ellos, el traslado supone la negación de sus reivindicaciones sobre Jerusalén.
Israel se apoderó de Jerusalén Este en 1967 y la anexionó. Todo Jerusalén es su capital «eterna» e «indivisible», afirma. Los palestinos, por su parte, quieren hacer de Jerusalén Este la capital del Estado al que aspiran.
Para la comunidad internacional Jerusalén Este sigue siendo un territorio ocupado.