«Señor, ¿me puede dar la cola hasta Los Leones?….no señora, ya no damos la cola si no tiene 5 mil bolívares no puede subir», fue la respuesta de un colector de la ruta 5, a una dama que solicitó subir a la unidad. Éste es solo una ejemplo de lo que los usuarios deben vivir a diario.
En otrora quedaron esos días cuando los ciudadanos de buena voluntad podían solicitar al chófer de la unidad los llevara hasta su destino sin cancelar el pasaje, simplemente porque no contaban con el dinero suficiente para cancelar el pasaje establecido por las líneas de transporte público.
Pedir la cola, como se le llama coloquialmente, dejó de ser un práctica y se convirtió en algo que hoy en día muy pocos prestadores de servicio de transporte público se dan el lujo de hacer.
Colapso del servicio
La severa crisis del sector, debido entre otras cosas, a los altos precios de los repuestos e insumos para las unidades, escasez de unidades y de efectivo, y el constante incremento de los pasajes, ha originado un colapso total en el servicio, obligando a los transportistas a poner «mano dura» a la hora de prestar el servicio.
Algunos colectores optan por impedir que los usuarios suban si no tienen su pasaje en mano completo, mientras que otros hasta han obligado a usuarios de las unidades cuando se niegan a pagar la tarifa establecida por ellos, los transportistas, y no por la Autoridad metropolitana de Transporte Terrestre, AMTT, que en su última Gaceta Oficial señala que el precio del pasaje urbano se ubica en Bs. 2.000.
Billetes de Bs. 50 no
A esta situación, también se le suma una nueva situación. Con la cercana llegada de la re conversión monetaria, anunciada por el Ejecutivo Nacional y que entrará en vigencia el próximo 4 de junio, los chóferes de las distintas rutas de la ciudad no están aceptando los billetes de Bs.50.
Alegan que esos billetes » no los aceptan ni siquiera en la bodega» y que por esa razón ellos se niegan a hacerlo. Quizá lo que ignoran los prestadores del servicio es que los billetes pueden ser cambiados en agencias bancarias, obligadas a recibirlos y cambiarlos.
Hay que recordar que hasta tanto no exista una normativa oficial de que señale que los billetes del actual cono monetario estarán fuera de circulación, éstos estarán en vigencia.
Lo cierto del caso es que en esta realidad venezolana, donde la crisis se mueve silente como una serpiente cazando a su presa, ningún venezolano se salva de vivirla, y a medida que pasa el tiempo se agudiza y la calidad de vida continúa colapsando.