Este lunes se conoció que diversas organizaciones pertenecientes a la Iglesia Católica en Latinoamérica y en vinculación con el Vaticano, lanzaron un Plan de Ayuda para emigrantes venezolanos.
Este programa ”piloto” fue creado para “acoger, proteger e integrar” a los miles de ciudadanos de Venezuela que han tenido que salir del país debido a la difícil situación que atraviesa la nación.
La iniciativa lleva por nombre «Puentes de Solidaridad” y tiene como fin dar una respuesta “conjunta” a los desafíos puestos por los flujos masivos de venezolanos, quienes han migrado a otro país sudamericano en estos últimos años, así lo explicó el Vaticano a través de un comunicado.
El texto agrega que la iglesia latinoamericana pretende aportar ayuda concreta a través de «una acción coordinada» a los venezolanos más vulnerables que han tenido que huir, así como a las comunidades locales que los reciben.
Por su parte el R.P Arturo Sosa SJ, Superior General de los Jesuitas, precisó que se trata de un un proyecto compartido, que no cuenta con los fondos de Naciones Unidas, pero que quiere atender una emergencia específica. Es algo nuevo y que durará dos años, por ahora”.
Los llamados «agentes pastorales», formados especialmente, se ocuparán de todas las fases, desde su salida a su llegada a otros países y también de su eventual regreso a Venezuela, según el programa que cuenta con un fondo de 400.000 euros.
«Es un programa distinto a los de las Naciones Unidas allí. La lógica de la Iglesia es otra, es la lógica fraterna. De recoger al hermano que está necesitado. Hemos sido emigrantes y la iglesia nace de la emigración», reconoció Sosa.
El plan incluye la creación de centros de servicios y albergues para migrantes vulnerables, asistencia en temas de vivienda, búsqueda de trabajo e inclusión social y facilitación de acceso a servicios de educación y salud además de campañas de sensibilización.