Con la destrucción del salario queda en entredicho la jornada de trabajo de 8 horas diarias, que es la gran conquista obtenida por los trabajadores luego de largos años de lucha y en particular de las huelgas que se realizaron el 1º de mayo de 1886 en los Estados Unidos, dijo León Arismendi, director general del Instituto Nacional de Altos Estudios Sindicales (Inaesin).
Advierte que como consecuencia de la desquiciada política económica del gobierno, que acabó con el aparato productivo y condujo al país al infierno de la hiperinflación, “los trabajadores procuran ingresos ‘matando tigres’ en otras labores. No hay lugar para el descanso ni para la sana diversión”, El tiempo del trabajador y su familia se agota en colas interminables en la búsqueda de alimentos, cuyos precios aumentan cada día hasta hacerse inalcanzables.
-El salario no alcanza para nada y las prestaciones sociales han sido devoradas por la inflación- señaló.
Aseguró que el alza del salario mínimo integral de 95,42% (de Bs 1.307.646 a Bs 2.555.500) anunciado el 30 de abril por el presidente Nicolás Maduro es más de lo mismo.
-Es la reiteración de la política que nos ha conducido a este desastre. Una medida que no cumple con la Constitución, pues ni siquiera se acerca al costo de la canasta alimentaria y apenas alcanza para comprar un pollo y medio cartón de huevos. ¿Cómo sobrevive una familia con tal nivel de precariedad?-, indicó.
Desde el Inaesin, Arismendi hace un llamado a la unidad de los trabajadores y sus organizaciones sindicales, sin distingo de colores y credos, a luchar contra la hambruna creada por este gobierno. A sumar esfuerzos en torno a un programa cuyo eje sea el rescate del trabajo como factor de progreso.
-Se trata de que cada venezolano pueda acceder a un puesto de trabajo productivo y un salario suficiente que le garantice una vida y de progreso para sí y su familia. Estos objetivos sólo serán posibles cambiando de gobierno y su desastroso modelo económico y político-, aseguró.