El problema con algunas personas que no creen en Dios, es querer hacer burla de quienes sí creemos. Son necios. Incluso, corren el riesgo de que ellos sean los burlados. Por cuanto Dios, el omnipotente, ama entrañablemente a sus hijos, los cuida y los defiende en cualquier circunstancia. Hay que tener respeto y consideración por las creencias de cada quien. Hoy día, en algunos países se pena con juicio y cárcel la burla que se hace a personas con creencias diferentes.
Se cuenta el caso de un profesor que se decía ateo, de manera, que periódicamente ocupaba cierto tiempo para denigrar de Dios y su palabra en el salón de clases con sus alumnos. Un día, cuando terminó de enseñar los contenidos filosóficos que tocaban según su esquema programático, preguntó a sus estudiantes ¿Alguno de ustedes cree en Dios? ¡Hablen! Nadie responde. ¿Puede alguno de ustedes ver a Dios, oír la voz de Dios o al menos oler a Dios? Continúa el silencio. Siendo que ninguno aquí —dice el profesor — puede ver, ni oír ni oler a Dios, la conclusión lógica es que Dios no existe.
Un estudiante, un poco molesto con la actitud del profesor levanta la mano y el profesor le dice –dime- entonces el joven pregunta ¿Puede alguien aquí presente ver el cerebro del profesor?. No hay respuesta. — ¿Puede alguien oír u oler el cerebro del profesor? Luego de una pausa el estudiante continúa: Siendo que ninguno aquí puede ver, oír u oler el cerebro del profesor, la conclusión lógica es que el profesor no tiene cerebro. A pesar que el relato puede causar risa, no se trata de una competencia para ver quién es más burlón que el otro. Los cristianos no necesitamos de actitudes mordaces, alzar la voz o hacer gala de una elocuencia ensayada para “defender” a Dios. Creer que podemos defender o ayudar a Dios es blasfemia. La palabra de Dios en si misma tiene el poder de defenderse, convencer y transformar hombres y mujeres. Solo tenemos que presentarla tal cual como ha sido escrita.
Para ello tenemos un cerebro que nos es dado por Dios cuando nos creó, el cual debemos usarlo para discernir que todo lo que nos rodea dan cuenta de la existencia de un ser Todopoderoso que tiene control absoluto de la Creación. Si lo utilizamos sin ningún tipo de prejuicio filosófico, ideológico, familiar o cultural, pudiéramos distinguir y diferenciar por medio de los sentidos y la inteligencia las cosas que pasan en nuestro entorno social, familiar y hasta político. Lo bueno y lo malo. Si los políticos lo hicieran, seguro tendríamos un mejor país.
Ariel Roth, escritor y científico cristiano, cuando habla de la Creación y la ajusta al estudio que hace la ciencia a la dinámica del Universo, argumenta, sin dejar ningún tipo de dudas, de la presencia de un arquitecto divino. Afirma. “Si el Sol estuviera solo el cinco por ciento más cerca o el uno por ciento más alejado de la Tierra, no habría vida en nuestro planeta” “Si la fuerza electromagnética fuese solo un poco mayor, el Sol sería una estrella fría de color rojo. Si fuese ligeramente menor, sería una estrella azul mucho más caliente y tendría una vida útil muy breve”. Libro: “La ciencia descubre a Dios” .
Muy acertadamente, también lo dijo Albert Eisten, para que no le queden dudas a los científicos, evolucionistas y a quienes se dicen ateos “El hombre encuentra a DIOS detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir” ¿Cómo les parece? ¡Hasta el martes Dios mediante por la web!
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