¿Una nueva victoria 3-0 y otra ‘rimonta’ para la historia? La Roma buscará casi un imposible en el Estadio Olímpico ante el Liverpool, que defiende el 5-2 de la ida, el miércoles (18h45 GMT) en el cierre de las semifinales de la Liga de Campeones.
«¿La Rimonta? Aquellos que no crean se pueden quedar en casa. Mi lema es ‘yo creo’ y se lo repito a todos los jugadores. Habrá más de 60.000 personas, ¿cómo podríamos no creer? Yo creo. Estamos en semifinales, pero no nos contentamos», resumió como declaración de intenciones el entrenador de la Roma Eusebio Di Francesco.
Los Giallorossi rompieron todos los pronósticos en cuartos al ser capaces de remontar un 4-1 adverso ante el Barcelona, en la ida en el Camp Nou, al ganar en la vuelta por 3-0.
Entre la ida y la vuelta de semifinales, la Roma consiguió un convincente triunfo 4-1 contra el Chievo, un buen ensayo antes del gran reto.
La Roma también quiere hacer valer el hecho de que todavía no ha encajado un gol en casa en esta edición de la Champions, a pesar de que la han visitado equipos del calibre del Atlético, el Chelsea o el propio Barcelona.
Salah, elemento desequilibrante
El Liverpool, por su parte, también tiene estadísticas en las que apoyarse: 20 goles marcados en seis desplazamientos europeos esta temporada, contando la fase previa. Un tanto en el Olímpico sería prácticamente definitivo.
«Debemos seguir según jugamos al final del partido de ida. Hemos visto que detrás no son tan fuertes como delante», señaló el atacante checo Patrik Schick, en referencia a los diez últimos minutos en Anfield en los que su equipo pudo marcar dos goles.
Con dos tantos espectaculares y dos pases decisivos, Salah firmó un partido de ida formidable y confirmó que esta temporada está a un nivel de Balón de Oro.
«Messi es el jugador más fuerte al que me he enfrentado, pero ahora ‘Momo’ (Salah) es tan temido como el argentino», señaló el martes el brasileño Alisson, portero de la Roma, que compartió vestuario el año pasado con el egipcio.
La Roma se aferra al descenso a la tierra de Salah el sábado, cuando se quedó sin marcar en un empate sin goles del Liverpool ante el Stoke. Pero el técnico Jurgen Klopp había hecho rotar su efectivo, con cinco cambios con respecto al grupo que destruyó al conjunto italiano cuatro días antes.
Alto riesgo
Tras los graves incidentes del partido de ida, que dejaron a un hincha del Liverpool en coma, la atmósfera alrededor de la vuelta es muy tensa y los dirigentes de ambas entidades han multiplicado los llamamientos a la calma.
La directiva de la Roma sabe que un Estadio Olímpico lleno y ruidoso, como lo fue ante el Barcelona, puede ser uno de los ingredientes de la remontada.
«Es el momento de estar unidos. Los abuelos, los niños, los nietos, los padres, las madres: el miércoles todo el mundo juega. Me gustaría ver que Roma se tiñe de los colores rojo y amarillo», señaló el director deportivo Monchi.
En los pasillos del estadio ya se han instalado mensajes de motivación: «El hecho de que sea difícil no quiere decir que sea imposible» o «Improbable quiere solamente decir que puede pasar».
En las gradas, 62.000 personas están dispuestas a creer en su equipo, en la búsqueda de su primera final de la Champions desde 1984. Precisamente aquel lejano día cayó ante el Liverpool…