El papa Francisco declaró este domingo estar “preocupado” por la situación en Nicaragua y, tras el rezo del Regina Coeli ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, pidió el “fin de la violencia” en el país centroamericano.
“Estoy preocupado por cuanto está sucediendo en estos días en Nicaragua, donde, tras una protesta social, se han producido enfrentamientos que han causado algunas víctimas”, dijo el pontífice.
“Manifiesto mi cercanía en la oración a ese amado país y me uno a los obispos en el llamamiento a que cese toda violencia, se evite un inútil derramamiento de sangre y las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente y con sentido de responsabilidad”, agregó Jorge Bergoglio.
En Nicaragua las protestas de los últimos días, que comenzaron el miércoles y se han recrudecieron el sábado, han dejado al menos 10 muertos según datos del Gobierno, correspondientes al viernes, mientras que organismos humanitarios aseguraron ayer que ya son 24 las víctimas mortales.
Miles de personas se manifestaron el sábado en la salida sur de Managua con banderas de Nicaragua y carteles en rechazo a las reformas a la seguridad social, después de que el presidente del país, Daniel Ortega, aceptó revisarlas en una mesa de diálogo con los empresarios en un intento por desactivar la crisis.
El obispo auxiliar de la archidiócesis de Managua, Silvio Báez, uno de los más influyentes de Nicaragua, calificó ayer a los estudiantes que protestan contra el Gobierno como “la reserva moral que tenemos”.