Hundidos en el tremedal de la tragedia humanitaria que nos ahoga es difícil pensar en el país que debemos reconstruir de las cenizas. Ahora todo el tiempo lo gastamos en nadar sin tregua ni buenos augurios hacia la orilla invisible de la libertad, por ello la frontera de la angustia nos oculta la heroicidad de quienes dentro del bajo perfil mediático luchan sin desmayo para mantener sus espacios de supervivencia, y al hacerlo están también sosteniendo las esperanzas de futuro y lo poquito de presente que representa la semilla de recuperación económica que debemos regar luego de acabada la actual hecatombe.
Muchos de estos heraldos del optimismo, específicamente de Lara, se dieron cita en un Foro donde los ponentes fueron José Manuel Puente y Luis Vicente León, el primero con una conferencia magistral sobre nuestra realidad económica y el segundo con una disertación pro voto que aunque brillante y aplaudida por la concurrencia necesitaba de un debate no previsto por los organizadores.
Pero más alla de los contenidos temáticos del Foro lo destacable fue que varios centenares de empresarios, ejecutivos y emprendedores en general, dispusieran de una mañana de trabajo para adentrarse en los caminos de la orientación profesional que nos guie hacia el rescate de la economía nacional. Allí estaban productores de brega diaria y actores de alto nivel del mundo de los negocios, todos bajo el denominador común de integrar la lista de ciudadanos optimistas que lleva la doctora Isabel Ferrer como coordinadora del IESA en Lara.
“Si es por el ejemplo que yo pueda dar que nadie compre pasajes porque yo de Venezuela no me voy”. Esta expresión dicha por el ganadero y cañicultor Diego Lozada ,de alguna o varias maneras era el sentimiento compartido por quienes plenaron la sala de conferencias del Trinitarias Suites, venezolanos a quienes los tiempos de devastación que vivimos les ha transformado en cruzados del optimismo que no reparan en los saldos terroríficos de sus libros de contabilidad.
Congruentes con esa apuesta a la esperanza se mantiene el IESA, amurallado físicamente en las instalaciones del edificio El Impulso y activo operativamente gracias al talento y la vocación de servicio de un conjunto de profesionales centrados en recomponer, de manera altruista, el negocio de sus vidas llamado Democracia, sin el cual Venezuela se ubica como un punto rojo dentro del mapa de los intereses estratégicos de Rusia y Cuba.
Demos entonces un gran aplauso a Isabel Ferrer, abogada de profesión y promotora de corazón. Ella se ha convertido en motor de una serie de actividades y proyectos que tienen su epicentro en el poder catalizador del talento, el trabajo y la pasión nacionalista.
Algo muy importante dentro de este contexto de posibilidades de futuro es que el IESA mas alla de su inmejorable desempeño técnico y científico en áreas socioeconómicas, ha demostrado una gran vocación de servicio respecto al destino de Venezuela en el área estrictamente social, compromiso que ha demostrado de manera ejemplar en los momentos que le ha tocado brindar sus aportes al Estado Venezolano.
Indudablemente que nuestro país es un reservorio estupendo de recursos minerales, tenemos petróleo, gas, hierro, oro, agua, tierras fértiles, clima envidiable y parajes turísticos de inigualable belleza. Muchos han dicho y otros repetido que para equilibrar tanta bonanza Dios colocó sobre esta geografía maravillosa a un ser humano con carencias básicas para disfrutar estos tesoros. Algo completamente falso. Nuestro único pecado ha sido ofrendar nuestro destino al caudillismo y apostar a ideologías teóricamente hermosas y que en la realidad han resultado ruinosas y criminales. Pero ya no más, ahora vendrá el tiempo de la inteligencia. Dios diga amen.