La situación de los pacientes con hemofilia y otras coagulopatías congénitas en Venezuela sigue siendo grave, debido a la escasez de los factores VII, VIII, IX y Concentrado Protrombínico que requieren para la coagulación de la sangre, cuyo suministro es insuficiente, afirmó la doctora Ana Bastardo, hematóloga del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS).
En este sentido, alertó que si los pacientes detienen el tratamiento, corren el riesgo de sufrir hemorragias que pondrían en serio peligro su vida.
«De detenerse la entrega en cantidad adecuada del factor VIII, se paralizarán los tratamientos de profilaxis primarias en las formas severas, con serias consecuencias para la salud y la vida de estas personas», dijo.
Sostiene además que también aumentará la morbilidad de pacientes con medicación a demanda (los que no siguen un régimen preventivo); y en casos de sangrados graves y de cirugías de emergencia, “la mortalidad sería de 100% sin una reposición adecuada del factor durante el tiempo necesario”.
Denunció que las personas con Hemofilia B, sobre todo los severos, “están en peor situación” que las anteriores, ya que “el suministro del factor IX es extremadamente deficiente en el país.
En cuanto a otras consecuencias por la falta de tratamiento, la especialista explica que en un país con altos índices de violencia y accidentes de tránsito, cualquiera está en peligro, pero si ocurre a un paciente hemofílico la situación puede ser mortal, ya que no hay reemplazo del factor de coagulación requerido para detener el sangrado.
Abordaje temprano
Ana Bastardo recuerda que la hemofilia es una patología hereditaria que se caracteriza por un defecto de la coagulación de la sangre, por la deficiencia de uno de esos factores, y que se manifiesta por la persistencia de sangrado excesivo.
La hematóloga resaltó también la importancia que tiene el abordaje temprano y cumplimiento oportuno y adecuado del tratamiento profiláctico, asegurando que de ello depende la vida de las personas con hemofilia.
“Mientras más rápido se trate un episodio hemorrágico, se limita el daño a corto y largo plazo, preservando la estructura y función del órgano o tejido afectado por la hemorragia, e incluso se ahorran gastos por medicación», concluyó.