Las tensiones internacionales continúan este lunes después del presunto ataque químico en Duma, localidad siria donde no han podido acceder los investigadores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) por «problemas de seguridad».
«El equipo no ha sido desplegado todavía en Duma», declaró el director de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, durante una reunión de urgencia de los Estados miembros del Consejo Ejecutivo, añadiendo que Siria y Rusia habían alegado «problemas de seguridad».
De otro lado, Estados Unidos dijo que sospecha que Rusia pudo haber visitado el sitio de un presunto ataque químico en Duma y habría «falsificado» las pruebas, declaró el lunes el embajador estadounidense ante la OPAQ.
«Los rusos podrían haber visitado el sitio del ataque. Tememos que lo hayan manipulado para obstaculizar los esfuerzos de la misión de investigación de la OPAQ para llevar una investigación eficaz», declaró el embajador Ken Ward durante una reunión de la OPAQ.
El supuesto ataque químico del 7 de abril en Duma – entonces último bastión rebelde- sigue movilizando a las grandes potencias luego que el sábado Estados Unidos realizara un bombardeo coordinado con Francia y Gran Bretaña en sitios sospechosos de almacenar armas químicas en Siria.
En presencia de los embajadores francés, británico y ruso, Ahmet Uzumcu declaró en la Haya, sede de la OPAQ, que los «sirios y rusos alegaron problemas de seguridad», según el embajado británico en Holanda, Peter Wilson.
Moscú y Damasco, acusados de obstrucción
Moscú, gran aliado del régimen sirio, se comprometió a «no interferir» en el trabajo de la misión, oficialmente invitada por las autoridades de Damasco, que niegan toda responsabilidad en el drama de Duma.
Tras los ataques occidentales, se ha retomado la vía diplomática sobre el tema sirio, país víctima desde 2011 de una guerra devastadora que ha provocado más de 350.000 muertos.
La delegación de la OPAQ envió a un equipo de expertos al lugar el sábado. En Damasco han mantenido reuniones con responsables del régimen, pero no se les ha dado todavía acceso a Duma.
El Kremlin calificó el lunes de «sin fundamento» las acusaciones de que Rusia habría obstaculizado el acceso. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, recalcó que Rusia quiso desde el principio «una investigación imparcial».
El Reino Unido instó a la OPAQ a «pedir cuentas a los autores del ataque», de lo contrario el mundo correría el riesgo «de otros usos bárbaros de armas químicas, en Siria y otros lugares».
«El régimen sirio tiene una odiosa reputación de emplear armas químicas contra su propia gente», declaró el embajador británico Peter Wilson, apelando a los Estados miembros de la OPAQ a asumir sus «responsabilidades».
En la capital siria, feudo del régimen, miles de personas inundaron este lunes la plaza de los Omeyas, cerrada al tráfico para la ocasión, enarbolando banderas sirias y retratos del presidente Asad para denunciar los ataques occidentales.
Un programa químico «clandestino»
El trabajo se espera complicado para los investigadores, que llegan más de una semana después de los hechos en un área que desde entonces ha estado bajo el control del ejército sirio y de la policía militar rusa, donde están en marcha las operaciones de desminado.
A partir de ahora la prioridad es el desmantelamiento total del programa químico sirio, según el embajadores francés en La Haya.
«Los hechos están ahí y son obstinados. Resisten las mentiras más groseras y las negativas más absurdas», dijo Philippe Lalliot, añadiendo que no había más dudas: «Siria conservó un programa químico clandestino desde 2013».
Ese año, tras el ataque con gas sarín en Guta, que ya había provocado varios cientos de muertos, el régimen sirio había terminado uniéndose a la OPAQ por la presión internacional, y se comprometió formalmente a declarar todas sus existencias y no usar nunca armas químicas.