Siete días que estremecieron a Venezuela, califica el libro de El Nacional lo sucedido entre el 9 y 15 de abril, con la imposición del Alto Mando Militar de la renuncia “la cual aceptó” del Presidente Hugo Chávez (HCH), quien pidió viaje a Cuba. Para el historiador Agustín Blanco Muñoz fue “un ensamblaje teatral que todavía no concluye”. La resalta la más grande producida en el país, con el antecedente de la realizada el 14 de febrero 1936, contra los despojos del fallecido en el poder Juan Vicente Gómez.
Salvaguardemos PDVSA, una consigna en respuesta a politización de la industria. Desde marzo empleados acentuaron protesta.
“Yo estaba provocando la crisis”, revelaría HCH al justificar su silbato que usó con burla en despido de 7 altos gerentes. “Los rasparé a toditos. Si la paran la militarizo”. Lo hizo y extendió despido a 23 mil. El presidente de la que era la segunda empresa petrolera del mundo, Rafael Ramírez, se jactó de tener una PDVSA roja rojita y quien no aceptara sería sacado a carajazos.
A Venezuela no la para nadie, arengó HCH ante el paro de 24 horas convocado el 8 de abril por CTV y Fedecámaras, el cual se hizo indefinido. Y convocaron a la gigantesca marcha del día 11, la cual partió del Parque del Este con rumbo al Edificio PDVSA en Chuao, pero por decisión espontanea siguió a Miraflores.
El régimen hizo permanente la Cadena de Radio y Tv para sus alocuciones, pero los medios que no eran sumisos dividieron la pantalla a fin de informar.
“Ordené aplicar el Plan Ávila” (sacar las tropas de la Guarnición de Caracas para contener la manifestación) afirmó HCH. Se opusieron los generales Efraín Velasco, comandante General del Ejército; Lucas Rincón y el Manuel Rosendo.
Con el apoyo del oficialismo francotiradores apostados en edificios aledaños a Miraflores y en Puente LLaguno de la avenida Urdaneta sobre la Baralt, dispararon contra la marcha. Todo quedó evidenciado en videos, como el equipo del periodista Luis Alfonso Fernández, de Venevisión. Entre los francotiradores identificados estuvieron el concejal Richard Peñalver, el que ahora solicita asilo en España; Rafael Cabrices, Nicolás Rivera, Amilcar Carvajal, Henry Danilo Atienzo, Carlos Rafael Fernández, José Antonio Avila y Miguel Mora. Después de 3 años de huida negociaron la entrega y el juez Francisco Mota, les dió libertad con medida sustitutiva.
Maikel Moreno actuó como abogado defensor. Hoy preside el Tribunal Supremo de Justicia.
HCH fue destituido y preso en Miraflores. De allí lo trasladaron al Fuerte Tiuna. Aquí se consigue a quienes le adversaban y algunos después sus incondicionales servidores.
“Allí estaban Hermán Escarrá, quien justificaba el golpe y mi salida, y Francisco Arias Cárdenas”, dijo en entrevista que le hizo Eleazar Díaz Rangel, después de su editorial de reconocimiento a Pedro Carmona Estanga como Presidente.
Este dejó con los crespos hechos a los 25 parlamentarios oficialistas que proyectaban alistarse a la oposición, al auto juramentarse como Presidente de la República, con omisión del precepto constitucional. Confirmado estaba que William Lara le envió un emisario para juramentarlo en el Parlamento.
La FAN no tardó en reaccionar y retiró su apoyo a Camona. Fue apresado en el despacho del general Lucas Rincón, el que anunció renuncia de Chávez. La Disip lo trasladó a la Fiscalía.
Determinante en la restitución de HCh al Poder fue el General Raúl Isaías Baduel, quien hoy está entre los presos del régimen al igual que su hijo homónimo.
Los hechos evidencian que entre el 11 y el 14 de abril 2002 se dio un golpe de Estado ante vacío de poder. Y a partir de la restitución de HCH se dio la radicalización que hoy padecemos.