«Los sabios hablan porque tienen algo que decir; los tontos, porque tienen que decir algo»
Platón. Hay que tener prudencia con lo que se expresa y con las fotografías que se comparten con los demás. Lo que ahora le parece gracioso, igual dentro de un tiempo no lo es. Todo lo que cuelga puede ser guardado por otros y utilizado cuando lo deseen.
Pida permiso y sea discreto. No cuelgue ni exprese nada sin permiso de quien aparece en
un comentario o en una fotografía. Es parte del respeto a su intimidad.
Tenga paciencia. Piense las cosas dos veces antes de escribir y contestar. Si se siente
ofendido con algún comentario, no conteste de forma inmediata. Espere, redacte, relea,
mida las consecuencias de lo que va decir y piense cómo le puede venir de vuelta.
Sea benevolente. No se tome todo como una ofensa. Es difícil descifrar la intencionalidad
de ciertos comentarios en las redes sociales. En lugar de entender un comentario como un
ataque, intérpretelo como una aportación distinta a su opinión.
No escriba con faltas de ortografía. Las redes son gratuitas, no necesita acortar palabras ni
eliminar letras. Cuando escribe con errores gramaticales, pierde credibilidad. Pero no
corrijas a otros, no es nadie para dejar en ridículo a quien se ha expresado intencionalmente o sin darse cuenta con un error gramatical. Sólo logrará que se sienta mal por su equívoco.
Tenga en cuenta que, detrás de avatares anónimos se esconden personas que insultan,
menosprecian y humillan sin dar la cara. Liberan sus frustraciones y rabia, y no tienen en
cuenta el impacto de sus palabras. Las redes sociales les facilità hacer, però les protege de
recibir.
Por otro lado, muchos adolescentes aprenden a relacionar su autoestima como personas
en función del número de seguidores y los “ me gusta “ que reciben. Se debe tener en
cuenta que en muchas ocasiones en estos medios, el valor del interior pierde toda la fuerza
frente al culto al cuerpo y otros factores materialistas relacionados con el aspecto.
Recuerden que hace años, cuando se necesitaba discutir con alguien, era obligado quedar
en persona o llamar por teléfono.
En ambas situaciones había que exponerse al otro, lo que de alguna manera inhibe la conducta impulsiva. El hecho de mensajearse, sin testar la intensidad de la emoción que siente la otra parte, da lugar a malinterpretaciones y a ser más desinhibido escribiendo que si la conversación tuviera lugar frente a frente.
Definitivamente, no sustituya la comunicación personal por la comunicación en las redes.
No sustituya la parte presencial de las relaciones personales. Ver, tocar, besar, observar,
felicitar un cumpleaños o agradecer algo requieren una llamada o una presencia, salvo que
la distancia no lo permita.