Tómese dos pastillas y un selfie. La recomendación del médico podría incluir pronto un video telefónico para asegurarse de que el paciente se toma sus medicinas.
Ya hay disponibles aplicaciones telefónicas que vigilan la ingesta de medicinas y se está investigando qué tan bien funcionan. Los expertos elogian su eficacia, pero algunos dicen que el método plantea inquietudes en torno a la privacidad y la recopilación de información.
Las aplicaciones funcionan así: Abra la aplicación en su teléfono, muestre sus pastillas, póngaselas en la boca y trágueselas. No se olvide de mostrar que no queda nada en la boca. Luego envíe el video con la prueba de que tomó las pastillas a la oficina de su médico.
Hay quienes dicen que esta tecnología aborda un problema grave: Los pacientes no toman la mitad de las medicinas recetadas para problemas crónicos por el costo, las reacciones o porque se olvidan.
En temas como la adicción a los opioides si alguien se saltea una dosis, corre peligro de sufrir una recaída. El Instituto Nacional para el Abuso de Drogas está financiando investigaciones para adaptar las aplicaciones a esos pacientes y ver si las usan.
“Si los pacientes responden, les podemos dar tratamiento por más tiempo”, comentó la investigadora Judith Tsui, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, con sede en Seattle.
El paso siguiente es comparar un grupo de pacientes que usan la aplicación llamada emocha con otros que no la usan y ver si hay diferencias.
Las aplicaciones hacen algo más que asegurarse de que el paciente toma la medicina.
En un centro de tratamientos de Tennessee, algunos adictos a los opioides ya están usando la aplicación para enviar selfies con sus dosis diarias y responder preguntas sobre su estado.
La idea de observar a un paciente tomando sus medicinas surgió cuando los médicos buscaron formas de asegurarse de que los pacientes con tuberculosos las ingerían. Si no lo hacen con esta enfermedad particular, su estado se agrava y pueden desarrollar resistencias a la medicina.
Tomar varias pastillas a diario no es sencillo, por lo que los médicos enviaban trabajadores a las casas y los sitios de trabajo de los pacientes y los veían tomar sus dosis. Hoy, muchos pacientes prefieren ser vigilados de lejos. Las enfermeras también.
Una de ellas, Peggy Cooley, dice que lleva años usando Skype para asegurarse de que sus pacientes toman las medicinas para la tuberculosis.