Yordano, cuyo álbum “El tren de los regresos” fue nominado a un Latin Grammy el año pasado, ha atravesado cuatro años de quimioterapias, un trasplante de médula, complejos tratamientos, complicaciones y un aluvión de fármacos. En una entrevista el pasado diciembre dijo que lo sostiene, además del amor de su familia y allegados, “toda la ayuda que he recibido desde que hice público lo que estaba pasando”.
“Para mí es muy difícil esto, no es fácil”, expresó en una entrevista en Nueva York, adonde se mudó con Bastidas debido a su enfermedad. “Y bueno, por un lado la energía de la gente en la calle, la gente que me decía, ‘Yordano, rezo por ti’”.
Contó que tras el trasplante de médula al que se sometió hace unos tres años perdió alrededor de 30 kilos (66 libras) de masa muscular y que al principio tuvo “que aprender a caminar” de nuevo.
El tratamiento posoperatorio es largo y complejo. El cantautor explicó que tomaría en total seis años para que su cuerpo acepte por completo las células madre que recibió de un donante, y que costearlo solo se le ha vuelto complicado, pues no puede trabajar como antes y no tiene seguro de salud en Estados Unidos.
“Ese proceso requiere de un seguimiento y tratamiento continuo. Cada vez se va espaciando un poco más, a menos que haya algún inconveniente en el trayecto”, dijo.
Bastidas contó el martes que no pudieron ingresar al hospital donde Yordano fue tratado anteriormente, el Memorial Sloan Kettering, debido a que allí tienen una gran deuda cuyo monto no especificó.