Un atacante suicida se hizo estallar este viernes en un barrio chiita de Kabul, matando a por lo menos nueve personas, informaron las autoridades afganas, mientras crece la presión para apaciguar el conflicto en un país cansado de la guerra.
«El balance subió a nueve» muertos, dijo el portavoz adjunto del ministerio del Interior, Nasrat Rahimi a la AFP y agregó que 18 personas resultaron heridas. Un balance anterior daba cuenta de siete muertos.
Entre los muertos figuran dos policías y el resto son civiles, precisó la misma fuente.
Sin embargo, el número de víctimas podría variar porque otras instituciones afganas manejan otros balances.
El atentado ocurrió cerca de una reunión que conmemoraba el 23º aniversario de la muerte de Abdul Alí Mazari, el líder de la comunidad chiita Hazara, asesinado por los talibanes, indicó la fuente.
El kamikaze accionó su carga «después de haber sido identificado por la policía en un puesto de control», explicó el jefe de la policía de Kabul Mohammad Daud Amin a la cadena de televisión Tolo news.
«No logró entrar (en el perímetro protegido) para actuar en el mitin» chiita, insistió el jefe de la policía en momentos que las autoridades son señaladas por su fracaso para proteger a los chiitas.
El atentado todavía no fue reivindicado, pero ocurre en momentos que los talibanes están sometidos a una presión creciente para iniciar conversaciones directas por la paz tras una oferta del gobierno afgano.
«El ofrecimiento de negociaciones está sobre la mesa. Corresponde ahora a los talibanes ir con su propuesta y comenzar las conversaciones directas con el gobierno para poner término al sufrimiento del pueblo afgano», declaró el jueves el representante de la ONU en Afganistán, Tadamichi Yamamoto.