El presidente Nicolás Maduro acusó el miércoles a Estados Unidos de presionar al secretario general de la ONU para que ignore la solicitud de enviar una delegación de observadores a los polémicos comicios presidenciales en Venezuela, lo que dice forma parte de un supuesto plan para desacreditarlos.
En el acto de clausura de un foro internacional de apoyo a la llamada revolución venezolana, Maduro indicó que el gobierno del presidente Donald Trump está «como loco» haciendo cabildeo para que las Naciones Unidas no envíen una delegación de observación internacional que certifique la pulcritud del proceso a realizarse el 22 de mayo.
Agregó que el gobierno de Estados Unidos evaluó los distintos escenarios electorales en Venezuela y llegó a la supuesta conclusión de que la oposición «no ganaba en ninguno de ellos» en el 2018, y en consecuencia habría decidido promover el boicot de los comicios en los que el mandatario busca ser reelecto. Las ásperas relaciones entre Caracas y Washington se tensaron aún más en años recientes por las sanciones estadounidenses y las acusaciones casi diarias de Maduro de que la Casa Blanca conspira con sus rivales nacionales y extranjeros para desestabilizar su gobierno.
El 1 de marzo, los partidos que respaldan la reelección de Maduro y un puñado de partidos minoritarios acordaron diferir para mayo los comicios presidenciales en momentos que el mandatario era blanco de severas críticas por el adelanto de esas elecciones.
Ese acuerdo incluyó además que las partes propondrían al secretario general de la ONU Antonio Guterrez la conformación de una delegación de acompañamiento y observación de todas las fases del proceso, entre otras exigencias, tales como la reubicación de los centros de votación a sus puntos originales, luego que en comicios recientes fueron retirados de zonas consideradas bastiones de la oposición.
La mayor alianza opositora decidió no participar bajo el argumento de que faltan garantías y electores suficientes para unos comicios justos. De manera paralela, Henri Falcón, dirigente del partido Minoritario Avanzada Progresista, rompió con la línea de la alianza y se postuló junto a otros tres candidatos, entre los que destaca un evangelista televisivo poco conocido que otrora fue detenido por contrabando de combustible y tiene varias empresas.