La realidad de los pacientes oncológicos en Venezuela es grave, expresó Mirla Castro, radioterapeuta oncólogo en la Unidad Desconcentrada SAO (en vías de liquidación).
“Nos hemos visto en la necesidad de aplicar tratamientos de 60 años atrás, sin embargo, no hemos podido salir adelante”.
La especialista, en defensa de la salud y en representación del gremio médico, describe la realidad como un “cáncer a escala nacional”.
Apuntó que el país no hay unidades de radioterapias operativas. “Me da vergüenza mirarles la cara a los pacientes cuando les digo que no hay tratamiento”.
Explicó que los oncológicos inician su viacrucis en San Cristóbal, luego paran en Caracas y de la capital a Maracay, donde les dicen que tampoco hay tratamiento. Continúan hacia Maracaibo, Guanare y Lara. El viacrucis también es a la inversa.
“El lunes recibimos a una paciente con metástasis. Los pacientes pasaron de ser curables a ser incurables, no cumplen sus quimioterapias como debe ser porque no se consiguen los componentes para la aplicación de la quimioterapia en el país. Esto impide que el paciente lleve a cabo sus ciclos de tratamiento, cada 7 o 21 días”.
Se trata de componentes sumamente caros, que ha derivado en la estafa por parte de personas inescrupulosas.
Hay muchas personas afectadas
Están los pacientes con yodo radioactivo, con cánceres de tiroides, entre otros, que no han recibido respuestas porque no hay divisas. Se trata de material radioactivo que debe ser comprado en Francia, Inglaterra o Argentina para luego ser nacionalizado.
“Actualmente en el servicio no tenemos ni siquiera guantes para poder examinar a un paciente, no tenemos especulos, yelcos, ni tratamientos paliativos para el dolor que produce el cáncer. En esta situación también está pediatría, cirugía, neurocirugía y demás áreas médicas. No hay antibióticos, los niños se nos están muriendo de desnutrición. Todo es un caos a nivel de la salud”.
Le médico exhortó a las autoridades a reflexionar a propósito de la crisis de salud que impera en Venezuela por tanto que en lista de espera se encuentran unas 300 o 400 pacientes oncológicos.
“El equipo de radioterapia no tiene un mantenimiento adecuado. El servicio de aires acondicionados no sirve por lo cual no podemos usar el tomógrafo. Cuando medio arranca el equipo y llamamos a esos pacientes en espera nos desmoralizamos porque nos enteramos que falleció”.