“Mientras nosotros nos morimos el gobierno miente y dice que no está pasando nada, que no hay escasez, que no hay necesidad, por favor, que alguien nos escuche, no nos queremos morir, somos personas útiles que queremos seguir viviendo. Este gobierno nos está quitando la vida, silenciosamente nos están matando”
Pacientes renales y trasplantados alzaron nuevamente su voz de protesta ante la crisis que los arropa y pone en riesgo sus vidas.
Esta vez hicieron sentir su reclamo a las afueras del Seguro Social Pastor Oropeza, donde un grupo de afectados se concentró para instar al director, Javier Cabrera, a responder por los insumos y medicamentos que no terminan de aparecer.
Jaqueline Pérez, paciente trasplantada, declaró que “viven la peor situación que pueden vivir los pacientes trasplantados”.
Suman siete meses sin recibir ningún tipo de medicamento, más de 38 pacientes trasplantados han perdido su órgano y 10 han fallecidos por falta de medicinas.
“Ayer (domingo) se murió una compañera trasplantada en Caracas, día tras día, la gente está perdiendo su órgano. Estamos muy alarmados, preocupados y asustados. Queremos vivir y venimos al Seguro Social, una vez más, para hablar con el director, para que nos dé la cara”.
Expresa que la directora de Salud, Linda Amaro, les ha dicho que los trasplantados no son su competencia.
“Ella es la viceministra de Salud y la directora de Salud y dice que no somos su competencia, mientras tanto, la gente se muere o pierde su órgano”.
Apuntó que por décima vez se acercan al Pastor Oropeza a exigir la medicación que corresponde mensualmente y desde hace siete meses no reciben.
Pérez exige respuesta y exhorta a las autoridades a reconocer la grave situación de los pacientes crónicos.
“Mientras nosotros nos morimos el gobierno miente y dice que no está pasando nada, que no hay escasez, que no hay necesidad, por favor, que alguien nos escuche, no nos queremos morir, somos personas útiles que queremos seguir viviendo. Este gobierno nos está quitando la vida, silenciosamente nos están matando”, exclamó la señora.
Riesgo de morir desangrada
Carmen Padilla, paciente renal, contó que llegaron dializadores de bajo flujo que impiden una correcta diálisis. Denunció que desde el año pasado se han venido dañando las máquinas.
En todas las unidades de Venezuela falta un filtro que se llama diafase. Eso significa que nos vamos a quedar sin máquinas, apuntó.
“En estos momentos yo no tengo cupo fijo ni máquina fija, tengo que esperar en la unidad de diálisis que falte alguno de mis compañeros para poder ser dializada”.
Indicó que el estado Lara presenta graves problemas con el agua, lo que se traduce en menos horas de diálisis. El tratamiento es de cuatro horas pero solo reciben dos horas o menos de diálisis.
Debido a esta situación Padilla está presentando problemas con la fistula artificial.
Como personal especializado en hemodiálisis ha venido renunciando masivamente, personal no capacitado para aplicar la hemodiálisis le ha generado serias repercusiones en la prótesis de la entrevista, la cual se denomina goretex.
“Tengo problemas de ruptura y la respuesta que me dan es que no hay prótesis en el país, no hay catéter. Vengo a emplazar al director Cabrera para que me dé solución. Nosotros somos competencia del IVSS. Mi fístula corre peligro, tengo riesgo de morir desangrada por falta de respuesta del Seguro Social”.
Se conoció que seis pacientes de la Unidad de Diálisis Barquisimeto están a la espera de una gorotex.
Agua salada para las diálisis
La doctora Luzmila Leal, médico internista y representante de la ONG Médicos Unidos de Lara, puntualizó que una falla eléctrica dañó los equipos para las diálisis. El agua que se suministra tampoco es la ideal ya que “se trata de un líquido salado que no debe ser usado en las máquinas. Los pacientes salen de las diálisis con nauseas vómitos y cefaleas”.
Exhortó a las autoridades sanitarias y con competencia en la materia atender de inmediato la crítica realidad de los pacientes crónicos ya que la vida de muchos venezolanos está en riesgo.
“El tiempo de salvar es ahora, tomen conciencia de la situación, no podemos seguir sin medicamentos. Se trata de los pacientes renales, oncológicos, hipertensos, diabéticos, neurológicos, quienes han llegado a morir porque no hay anticonvulsivos”.