Masiva preocupación existe en nuestro ex pacifico país e igualmente en los países vecinos y porque no decir internacionalmente,donde nos conocían como gente trabajadora hospitalaria, pacífica y ahora convertida en un país cargado de problemas y confrontaciones, que el único dividendo que deja es negativo en todos los sentidos, desmoraliza y acaba con el incentivo y el animo de todos los generadores de riqueza y empleos, golpea en el mas profundo de los sentimientos a todos los hacedores, igualmente al sector que necesita su empleo, quien también se encuentra sufriendo la incertidumbre de ver su empresa donde labora en decadencia y viendo hasta cuando tendrá su Santa María abierta, esto lo que trae es tristeza, temor, miedo a tantas cosas, miedo a que todos lo días los ingresos no le alcanzan para el sustento de la familia, miedo a que los alimentos cada día están mas costosos, miedo a que si tiene un carrito no lo pueda cambiar mas, miedo hacer igual a un vecino país caribeño, que las marca de los carros el mas nuevo tiene cuarenta y hasta cincuenta años, pregunte ¿que marca es este carro? el conductor respondió será mi nombre porque el tenia el ingenio de adaptarle piezas de todas las marcas, entonces se llama híbrido, miedo a que sus ingresos no le alcancen para pagar el recibo de agua, aseo y condominio, lo mas triste es que el hijo menor le solicite a su padre cincuenta bolívares y tener que pasar por el dolor de decirle no hijo, tengo en mi bolsillo justamente eso y con la nevera casi vacía, ya esto no incentiva al miedo, esto es un maligno terror, que nos mantiene bajo una apatía y gran desmotivación que nos acapara la mente en estas vicisitudes jamás esperada en nuestro rico país, miedo a cada rato a una invitación a guerra, aquí las guerras deben ser en devolverle la paz, el amor y la unión entre nosotros mismos, todos unidos por un país grande, generoso, rico y amado por todos.
La guerra debe ser contra el atropello de todos los que producen y generan bienestar, la guerra debe ser contra la inseguridad, la delincuencia, contra el mal manejo del erario publico, yo siempre recomiendo que vivir obedientemente es buena parte de la felicidad, igual que la soberbia acorta la vida y lo aleja de ser feliz, la gente inteligente debe sentirse orgullosa y valiente cuando tiene capacidad de ignorar una agresión, la gente se pregunta con que motivación y optimismo debemos luchar, si es que estamos tan confundidos y conmovido, ya que lo que oímos a voz cantante y sonante es que los pocos bienes que con esfuerzo y trabajo tengo corren peligro de perderse, igualmente para los que heredaron de sus padres, pues creo que no es la forma de mantener un pueblo contento, ambicioso, soñador y realizando sus sueños, no culparlos de pecados que no han cometido, aquí hay que luchar por una seguridad integral que se nos estimule y se nos devuelva el animo de amar con el mas profundo sentimiento a nuestro país.
Según los analistas de la economía y ¿Por qué no los improvisados?, dicen que estamos viviendo la peor crisis económica de nuestra historia y es cierto, ¿entonces porque no hacemos entre todos unas jornadas de paz, unidos en un solo rumbo hacia el amor, la paz y la unión. Dejar de crear enemigo y confrontaciones por aquello de que en todas las confrontaciones pierde hasta el que se considere triunfador y solo con paz y armonía nuestras creatividades pueden conseguir la autopista del éxito y la prosperidad.
Hay que actuar con mucha firmeza para disfrutar de la credibilidad en la vida, a nadie le ha ido bien si actúa como parapara en cemento, jamás debe olvidarse lo dicho por Kennedy: “si no existe una sociedad libre no se puede ayudar a los pobres, tampoco podrá salvar a los pocos ricos”.
Leí por ahí de un corso que se empeño a que su burro debía vivir sin comer y cuando el burro estaba aprendiendo se murió de hambre. Mucho cuidado con esta filosofía del corso.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.