El profesor del Decanato de Administración y Contaduría de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), Diego Mendoza, explica que las monedas digitales son una realidad mundial que compiten con los sistemas financieros tradicionales de talla internacional, con ciertas ventajas por tratarse de operaciones directas y con bajas comisiones entre las mismas, todo esto a través de una cadena de bloques o blockchain que permite la emisión de las criptomonedas.
El Petro, dijo, surge como una iniciativa del alto gobierno, incorporándole una cualidad que no es otra que el respaldo mediante activos reales de la nación.
“En el concepto general es un avance importante, sin embargo, en Venezuela el Petro surge en medio de severas críticas hacia su base jurídica. Es una especie de instrumento de deuda pública no autorizada por la Asamblea Nacional, por lo tanto, hay unos riesgos jurídicos importantes”.
Agrega que el inversionista observa y debe evaluar esos riesgos.
En ese mismo sentido expone que es pertinente valorar cómo avanza la comunidad internacional en la aplicación de sanciones y medidas hacia funcionarios del Gobierno nacional respecto al uso de la citada moneda.
Por otro lado indica que el Petro no surge bajo la curva tradicional de las criptomonedas que salen al mercado con bajos precios y es a partir de su madurez que elevan su interés. El Petro surge bajo una paridad del precio del barril de petróleo.
Subraya que toda operación financiera contempla tres condiciones especiales: el Petro debe cumplir con la exigibilidad, convertibilidad y la liquidación inmediata.
“Son tres características claves de confianza en estas operaciones financieras. Hay que ver si el Gobierno está en capacidad de cumplirlas. Es decir, cuando yo compre un Petro ¿podré convertirlo en la moneda de mi preferencia? ¿Podrá ser transferido a mis cuentas sin ningún obstáculo? o ¿Podrá el Gobierno devolverme el dinero a cambio del Petro?”.
Reitera que esas tres características deben cumplirse, sobre todo cuando se inicia la formalidad de la subasta.
Mendoza aclara que el Petro no le resuelve el problema económico al Gobierno puesto que lo desarrolla en torno a la más severa inestabilidad económica que ha vivido el país.
Realidad hiperinflacionaria
En cuatro años consecutivos Venezuela alcanza caídas de su producción interna. El Producto Interno Bruto (PIB), durante cuatro años consecutivos, ha caído, esto es algo inédito en la historia económica venezolana.
Además, en estos cuatro años la inflación ha superado con creces el 100%. Hoy en día se palpa una realidad hiperinflacionaria. Entonces, la estabilidad económica no acompaña al Petro. Y debería ser lo contrario, ya que se trata de moneda respaldada por activos reales de la nación.
El docente de Administración Pública expuso que los problemas económicos residen en la pésima política cambiaria, oscura política fiscal y un modelo de control de la economía amparado por ideologías quebradas como el socialismo.
“El Petro en el marco de las criptomonedas es una tendencia mundial pero en el caso venezolano no surge en las mejores condiciones de país y no alcanza los mejores niveles de confianza, además que no está recorriendo las rutas de madurez que han hecho las más de 1.500 criptomonedas que existen en el mercado”.
Puntualiza que el inversionista debería analizar que el Petro representa más riesgo que oportunidades reales.
“Habrá que ver con quien se está relacionando el gobierno, cuáles son los aliados qué está buscando y si estarían dispuestos a invertir para proveerle de la primera etapa de fortaleza al Petro”.
Finalmente el profesor destacó que en la UCLA se está diseñando un plan de formación en materia de criptomonedas, como una materia electiva y estará disponible en foros abiertos a la sociedad barquisimetana y personas interesadas en el tema.