Los mangos están bajitos dijo una vez Don Rómulo, ahora diría mango maduro con una brisita se cae.
Estoy votando desde 1957 cuando el plebiscito de Pérez Jiménez y lo he seguido haciendo hasta la fecha y hasta hace unos pocos días estaba perfectamente claro de que debía ir a votar en esta elecciones convocadas por la inconstitucional ANC. Votante compulsivo pues. Pero en los últimos días ha venido cambiando mi actitud hacia este proceso electoral. Aparte de la cantidad de trabas, trampas y ventajismos electorales que siempre han caracterizado los procesos electorales dirigidos por este CNE, pero que no le paraba mucho, se suma el llamado a desconocer ese proceso electoral por parte de organismos internacionales como OEA y UE, de muchos países de todos los continentes y de muchas individuales. En este llamado se suman además las flagrantes violaciones de todas las disposiciones constitucionales, legales, reglamentarias y normativas para montar un proceso fast track a la media del chavo-madurismo cubano. Y la gota que rebosa el vaso, cuando el martes 13, el Grupo de Lima da a la luz pública un documento mediante el cual afirma rotundamente que desconocerá cualquiera sea el resultado de ese proceso electoral.
Ante este panorama se impone un análisis concienzudo, serio, sin cartas bajo la manga, sin posiciones adelantadas, de toda nuestra dirigencia de oposición democrática. No solo es la MUD sino todos los partidos y grupos políticos, las organizaciones de la sociedad civil, gremios profesionales, sindicales y empresariales, academias, universidades, individualidades de dentro y de fuera del país que tienen que sentarse en una misma mesa y discutir a fondo lo que más le convenga al país, al país todo, al pueblo soberano. Y esto no es un simple llamado, ni una exhortación ni una petición, esto es un mandato, una obligación que tienen con la patria. Es que eso de que el país se está acabando, se hunde, que estamos en una situación de catástrofe no es ya un lugar común, es una realidad real. Que se ve, se toca, se sufre. Y que hace obligado que se tomen todas las medidas, de cualquier tipo y forma para salir de este gobierno. Y que el ir a este proceso electoral en estas condiciones no es precisamente una de ellas. Ya esa conseja, que tenía cierto sentido, de que no se puede desperdiciar una rendija para actuar, de que no se puede perder la oportunidad de votar, ya no cabe. La única forma para ir a este proceso electoral es que se cambien radicalmente todas las reglas. De lo contrario es ir a un matadero. Relegitimar a este gobierno castro-comunista. Por cierto que hay que tomar en cuenta que Maduro tiene legitimidad de origen, con todo y las críticas, pero lo dejamos que vaya solo y con sus propias reglas quedará totalmente deslegitimado y eso nos permitirá, constitucionalmente, hacer cualquier cosa para salir de él.
Yo llamo, le exijo, le reclamo, a Henry Ramos, mi jefe político, a mis amigos Claudio Fermín y Antonio Ledezma, a los señores Manuel Rosales, Omar Barboza, Henry Falcón, Julio Borges, Leopoldo López, Henrique Capriles, María Corina Machado, Andrés Velásquez, y a la dirigencia de partidos como Copei, el MAS, PUENTE, Vanguardia Progresista, y demás partidos y grupos políticos de oposición democrática que tienen que proponerle una salida unitaria al país. No valen excusas. Ya basta de timoratés, de explicaciones a medias, de fórmulas rebuscadas, de teorías aéreas, de que si ganamos cobramos, de que así fue en el 2015. Ahora o el gobierno cambia todas las reglas o no se puede ir a votar. Pero no votar es no votar. Que nadie vote. Abstención activa. Les confieso que me duele plantear no votar, pero es que en este instante con estas reglas y bajo estas circunstancias el votar es un suicidio.