Un avión de pasajeros ruso, con 71 personas a bordo según las agencias locales, que realizaba un vuelo interior se estrelló este domingo en las afueras de Moscú poco después de despegar desde el aeropuerto de Domodedovo, en la capital rusa.
El avión, un Antonov An-148 de la compañía rusa Saratov Airlines, se dirigía a Orsk, en los Urales, y se estrelló en el distrito de Ramensky, en las afueras de Moscú.
Según las agencias de prensa rusas, el avión llevaba a bordo 65 pasajeros y seis miembros de la tripulación. También citan a testigos en el pueblo de Argunovo, que vieron un avión en llamas cayendo del cielo.
Las autoridades rusas no han aludido por el momento a la hipótesis de un acto terrorista.
Según las agencias, testigos vieron el avión en llamas caer cerca de la localidad de Argunovo, al sureste de la capital. Una fuente de los servicios de emergencia rusos indicó a la agencia Interfax que las 71 personas a bordo no tenían «ninguna posibilidad» de sobrevivir.
El fuselaje del aparato «está diseminado sobre un kilómetro», precisó a Interfax un responsable del ministerio de Situaciones de emergencia ruso.
«Más de 150 personas y unos 20 vehículos de socorro han acudido al lugar», precisó en un comunicado el ministerio.
La nieve, que volvió a caer este domingo en Moscú y su región, impedía que los vehículos pudieran acercarse al lugar donde se estrelló el avión, por lo que los socorristas tuvieron que llegar a pie, según relatan los medios rusos.
Imágenes difundidas por las televisiones rusas muestras restos del avión, con los colores naranja de Saratov Airlines, diseminados en los campos nevados.
«En este momento, los socorristas han llegado al lugar. Hay muchos cuerpos y fragmentos de cuerpos», declaró una fuente a Interfax.
El avión, un birreactor del constructor ucraniano Antonov, con capacidad de hasta 80 personas, desapareció de los radares dos minutos después del despegue.