El consumo promedio de 61 bienes y servicios de una familia integrada por 3 miembros, para el 30 de enero, se ubicó en 17 millones 369 mil 096,72 bolívares; mientras que el índice de inflación entre el 15 y 30 de enero, registró una variación de 30,17%.
La información fue dada a conocer por el Observatorio del Gasto Público, del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico Libertad (Cedice Libertad), señalando la variación inflacionaria se desglosa de la siguiente manera: Alimentos, 25,20%; Restaurantes, 9,63%; Servicios, 24,17%; Recreación /Ocio, 20,82%; Productos de Higiene, 86,50% y Transporte, 37,12%.
Asimismo, en el período comprendido entre el 30 de diciembre 2017 y el 30 de enero de 2018, los precios tuvieron una variación de 98.46% que se desglosan como sigue: Alimentos, 96,01%; Restaurantes, 51,62%; Servicios, 103,94%; Recreación/Ocio, 64,23%; Productos de Higiene, 152,65% y Transporte, 53.58%.
El informe da a conocer los productos que en estos treinta días, registraron incrementos, por encima del 100%, entre otros:
Carne molida, 138,70%; Alitas de pollo, 764,28%; Sardina, 439,32%; Atún, 322,53%; Remolacha, 101,25%; Yuca, 170,12%; Plátano, 305,41%; Queso amarillo, 115,57%; Jamón de pierna, 114,34%; Mantequilla, 187,97%; Salchichas, 158,10%; Tocineta, 148,76% y Harina de maíz, 146,15%; Leche líquida, 134,81%; Café, 122,45%; Harina de trigo, 277,82%; arroz, 1.192,30%; Pasta, 145,09%; Gimnasio, 601,80%; Alquileres habitaciones, 251,87%; Academias de baile, 323,72%; Cine, 159, 26%; Papel higiénico, 314, 28%; champú, 278,53%; Jabón de baño, 107,33%; Crema para peinar, 152,73%, Pasta de dientes, 182,32% y Detergente, 116,85%.
Por otra parte, durante el mes de enero, el mayor impacto de la variación de precios ocurre durante la primera quincena, mientras que para la segunda quincena se observa una disminución. Este patrón en el comportamiento de los precios se repite durante los meses de noviembre y diciembre de 2017.
El año 2018 comienza con una inflación de 98,46%; sin embargo, aún continúa un esquema de políticas que agravarán la situación. En primer lugar hay un aumento del gasto público a través de nuevas subvenciones, que se traducen en mayor dinero en circulación que no encontrarán contrapartida en el mercado debido a la acentuación de la escasez de productos y servicios.
El esquema de controles de precios se repite, acentuando las fiscalizaciones a los comercios y el establecimiento de precios que generan pérdidas y poca capacidad de reposición de inventarios. Todo este esquema institucional, aunado con los problemas de reposición que la misma hiperinflación genera, tiene como resultado un aumento en la escasez de productos.
Este panorama no es favorable y generará un incremento en los precios para los próximos meses. Causa preocupación que ante una inflación tan elevada, aún no se tomen medidas para frenar este fenómeno, lo que tendrá como consecuencia un mayor nivel de dificultad a la hora de frenar la hiperinflación.
Mientras tanto, los efectos continuarán haciendo estragos en el poder adquisitivo de las familias, quienes efectivamente van accediendo a una menor cantidad de bienes y servicios. A su vez, los comercios al no poder reponer sus inventarios, se encuentran en riesgo de quiebra, lo que compromete aún más el empleo y el abastecimiento de productos en el país.