Numerosas renuncias en el Seniat Lara por bajos sueldos

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El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) región Centroccidental no ha escapado de la fuga de talentos que vive el país por la situación económica, política y social.

Desde diciembre hasta la fecha han renunciado al menos 20 funcionarios de la oficina técnica del Seniat en Lara, por los bajos salarios y la pérdida de beneficios socioeconómicos. La mayoría de los trabajadores tenían entre 20 y 30 años de servicio en la institución en las áreas de asistencia, jurídico y recaudación.

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Estas salidas no son decisiones habituales. Surgieron desde que en diciembre del año pasado los funcionarios recibieron el pago de las utilidades, que no llegó a 200 mil bolívares, explica José Luis Ramos, secretario general del sindicato de trabajadores del Seniat.

-Ese fue el detonante para la estampida, los trabajadores se deprimieron porque pudieron comprar solamente dos paquetes de harina. En sus rostros se le notaba la desazón.
En ese momento unos se fueron de vacaciones y mandaron sus cartas de renuncia, no volvieron, otros esperaron enero y llegaron con la decisión tomada.

La exposición de motivos en las cartas de renuncia deja muy claro que los profesionales están afectados por la pérdida del valor de los logros académicos y laborales dentro del Seniat. Un profesional grado 16, con postgrado en el área tributaria, y más de 20 años de servicio recibe una quincena entre 90 a 95 mil bolívares.

Los trabajadores de esta institución entraban a través de concursos, todos los profesionales del área anhelaban esos puestos, en su momento llegaron a devengar hasta ocho sueldos mínimos.

A nivel nacional la situación es idéntica, expone Ramos. En Yaracuy, Portuguesa y Falcón también hay renuncias semanales, “pero allá es peor porque son pocos funcionarios y si uno falla, puede que no funcione la unidad o el sector”.

En el caso de Lara, exclusivamente en la Torre David, algunos profesionales de carrera aduanera han sido reemplazados por jóvenes del plan Chamba Juvenil, “formados de lo que sea, ocupando todo tipo de puestos sin haberse formado para esto”.

Pero ha sido tanta la decadencia económica que viven los trabajadores del Seniat, que en enero también se retiraron varios de estos jóvenes, precisamente por bajos sueldos.
En las áreas más delicadas, los funcionarios tienen que trabajar por dos, para poder continuar con los procesos de la institución.

No esperan la jubilación

La jubilación del Seniat ya no es un incentivo para los funcionarios. El grupo que se jubiló en el año 2017 por 35 años de servicio percibe una mensualidad de 170 mil bolívares.
-Para jubilarte tienes que tener la edad (mujeres 55 años – hombres 60 años) y 35 años de servicio en la empresa, para que te paguen el 80 % sobre el salario base. Si cumpliste la edad pero no tienes los 35 años de servicio te pagan algo más que el 70 % del salario.
Ramos apunta que esperar la jubilación o estar próximo a ella ya no es un impedimento para tomar la decisión de retirarse.

Indica que los profesionales se fueron al exterior y otros emprendieron sus propios proyectos y “en cualquiera de los casos ganarán mucho más que con los beneficios socioeconómicos de nuestro contrato colectivo”.

Hace años no se modifican los tabuladores y en las últimas ocasiones ha sido un ajuste de apenas 30 % lo que resulta insuficiente ante una situación de hiperinflación como la actual.

La presión política continúa

A nivel nacional la persecución política continúa. A los superiores no les bastó con obligar a los funcionarios a registrarse en el Carnet de la Patria sino que recientemente los obligaron a firmar una carta comprometiéndose a votar por Nicolás Maduro en los venideros comicios presidenciales.

-Ya no sólo nos obligan a ponernos una franela roja sino también a pertenecer a los mecanismos de control social que usa el Gobierno y nos amenazan si tenemos una parcialidad política en contra de la institución.

¿Qué podemos hacer ante eso? se pregunta el trabajador sindical, “si todas las instituciones públicas están secuestradas, no hay independencia de poderes”.

En el año 2016, más de 600 trabajadores fueron despedidos injustificadamente tras haberse revelado la lista de personas que firmaron a favor de un referendo revocatorio contra el Presidente. En la oficina técnica de Lara despidieron a ocho funcionarios, Diosdado Cabello los tildó de “escuálidos infiltrados”.

Se interpusieron demandas colectivas por ong y también privadas, el Tribunal tomó decisiones a favor de algunos de los demandantes, como el de una funcionaria que fue despedida aún con fuero maternal, pero el Seniat no acató la decisión.

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