Allí estaba él. En medio de una muchedumbre que intentaba agarrarlo con desesperación. Seis guardaespaldas y cuatro militares lo rodeaban impidiendo que alguien lo tocara. Con su amplia humanidad rebotaba a fastidiosos y desesperados. Los lentes oscuros le daban cierto aire de celebridad, desvanecida cuando escuchamos, de su propia voz, la justificación de su uso y existencia.
Luego de varias gestiones, indigestiones, correos electrónicos, señales de humo, llamadas a la Habana para esperar autorización, el personaje de marras accedió a ser entrevistado.
-Buenos días señor carnet, gracias por atendernos.
-De nada, pero que sea rápido por favor, tengo muchas reuniones y promesas por hacer.
-Señor carnet, se ha dicho que usted es la evidencia de la demagogia y la politización del presupuesto público, para atender la aguda crisis social que…
-Disculpe, pero no le permito semejante acusación. Eso me suena a manipulación mediática y a saboteo de la CIA, si así empezamos, no nos vamos a entender, entonces me voy.
-Un momento señor carnet, le estoy haciendo una pregunta que tiene que ver con las acusaciones que su presencia ha ocasionado.
-En realidad, yo soy la salvación del pueblo revolucionario, socialista y chavista. Gracias a mí, la gente puede tener acceso a comida, a sus claps, también a medicinas, becas, ayudas económicas, incluso hasta pagar el pasaje del transporte público. ¿No te das cuenta de la alegría y sonrisas de la gente que me guarda en su cartera? (–Contestó el carnet, visiblemente emocionado y con su mirada perdida, como en una especie de trance).
-No, realmente no. Lo que percibo es una realidad muy distinta.
-A ver, ¿y qué ves tú entonces? (Inquirió el plástico personaje)
-Yo veo un terrible, inédito y acelerado deterioro de la calidad de vida de los venezolanos producto de un modelo económico cuyo fracaso nos ha traído a un escenario de hiperinflación, escasez y hambre como nunca había vivido el país.
-Sin duda debes tener una foto de Trump en tu cartera hermanito (ripostó el carnet). Te lo digo, yo soy la salvación para el pueblo venezolano, chavista, madurista y antiimperialis…
-¿Pero y la gente que no apoya al gobierno? ¿Es decir, qué pasa con las necesidades de hambre, de salud, de medicinas o tratamientos médicos de millones de venezolanos que, según la Constitución, tienen derecho a ser atendidos por el Estado venezolano? ¿Ud. acepta que es un elemento de discriminación política y social?
El carnet se quitó lo lentes, y por unos segundos permaneció en silencio, como pensando muy bien su respuesta. Luego, mirándome a los ojos, respondió:
-Quien no es revolucionario, y no apoya a nuestro Presidente Maduro, no tiene derecho a esos beneficios que le dá la revolución y el socialismo. Por eso invito a la gente que no proteste, que dejen la quejadera que le hace el juego al imperio y a la oposición golpista. Todo está perfecto…aquí la gente está contenta y feliz conmigo. Y quien no me tiene, búsqueme, haga su cola y listo.
El carnet de la patria se puso sus lentes, y se retiró raudo, rodeado de su anillo de seguridad. Mientras, la gente sigue en la cola. Y el hambre…también.
Capitalismo Lunar – Entrevista al carnet de la patria
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