El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, llegó este miércoles a Jamaica para discutir las consecuencias en el Caribe de posibles sanciones petroleras contra Venezuela, luego de una semana de gira preparando a sus aliados latinoamericanos para una medida como esa.
Tras visitar México, Argentina, Perú y Colombia y encontrar coincidencias con sus gobiernos sobre la situación en Venezuela, Tillerson se reunirá con altos funcionarios jamaiquinos, incluyendo el primer ministro Andre Holness, en lo que ve como una oportunidad para escuchar la posición de los países que se verían afectados por un bloqueo petrolero a Caracas.
«Tenemos una última parada, Kingston, y la razón por la que vamos para allá es porque eso tendría un efecto en los países caribeños, que dependen de Venezuela. Así que quiero escucharlos a ellos también», dijo el secretario de Estado en el avión rumbo a la capital jamaiquina.
Muchas de las islas de la región dependen una manera u otra de importaciones de crudo venezolano en condiciones preferenciales, un hecho que Caracas ha aprovechado como pieza diplomática.
Tillerson dijo que había acordado con sus pares de México y Canadá crear un «grupo de trabajo muy pequeño y muy focalizado», una de cuyas misiones será analizar cómo mitigar el impacto de las eventuales sanciones en esos países.
«Luego el presidente puede decidir lo que quiere hacer», añadió.
Sanciones petroleras -la prohibición de exportar petróleo a Estados Unidos o que Estados Unidos deje de vender crudo o productos refinados a Venezuela- podría ser un golpe devastador que sacuda al gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero también afectaría a empresas de hidrocarburos estadounidenses que operan refinerías en el Golfo de México.
Y podría también ahondar -para temor de los vecinos de Venezuela- la enorme crisis económica y social en el país suramericano, así como golpear las economías de las islas caribeñas, que dependen del petróleo en condiciones preferenciales a través de Petrocaribe, la iniciativa impulsada por el antecesor y padre político de Maduro, el fallecido Hugo Chávez.
El domingo en Buenos Aires, Tillerson había dicho que las sanciones son «algo que seguimos considerando».
Pero al ser consultado este miércoles sobre si el presidente Donald Trump daría luz verde a esa medida, el diplomático advirtió: «no quiero decir que es algo seguro».
Maduro restó importancia a esa posibilidad. «Estamos preparados (…), nada ni nadie nos va a detener», señaló el mandatario en un video que publicó en Facebook.