Cuba lamentó el lunes que tanto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como su secretario de Estado, Rex Tillerson, desconozcan América Latina, y condenó que este último haya lanzado un mensaje «de arrogancia y desprecio» hacia el continente.
«Es obvio y lamentable que ni el Presidente de Estados Unidos ni su Secretario de Estado conocen a América Latina y al Caribe. El nuestro ha sido un continente sometido al dominio humillante de Estados Unidos, interesado solo en extraer sus recursos en una relación desigual», aseguró la cancillería cubana en un comunicado.
«Pero nuestra América ha despertado y ya no será tan fácil doblegarla», agregó, en alusión al reciente discurso emitido por Tillerson en la antesala de una gira por el continente.»El Ministerio de Relaciones Exteriores alerta sobre la gravedad del mensaje de arrogancia y desprecio», expresado por el jefe de la diplomacia estadounidense.
Tillerson, quien este lunes partió a Lima después de visitar Argentina, aseguró el 1 de febrero que «el régimen corrupto y hostil de Nicolás Maduro en Venezuela se aferra a un sueño irreal, una visión de la región que ya ha decepcionado a su pueblo» y que «en la historia de Venezuela y de otros países latinoamericanos, frecuentemente son los militares (los) que se ocupan de esto».
Para Cuba, Tillerson «realizó declaraciones alarmantes e injerencistas que instigan abiertamente al derrocamiento, por cualquier vía» del gobierno de su aliado Maduro, «y están dirigidas también a socavar el repudio unánime de la región a las medidas de retroceso y endurecimiento» del bloqueo contra Cuba.
«En su discurso, también vuelve con los fracasados condicionamientos a Cuba y, sin autoridad moral alguna, se entromete en los asuntos internos cubanos, al reclamar de nuestro próximo proceso electoral (del 11 de marzo), cambios que sean del agrado de Estados Unidos», dijo la diplomacia cubana.
Para Cuba, el discurso de Tillerson «ratifica el sostenido desprecio con que el gobierno del presidente Donald Trump se ha referido inequívocamente a las naciones de Latinoamérica y el Caribe, a cuyos pueblos descalifica cada vez que tiene oportunidad».
En su primer año de gobierno, la administración Trump enfrió el histórico acercamiento a Cuba iniciado por su antecesor Barack Obama. La tensión se agravó tras conocerse el año pasado del misterioso caso de presuntos «ataques acústicos» que habrían afectado la salud de 24 diplomáticos estadounidenses en La Habana.