El Ávila ha sido testigo y víctima de una profanación constante durante 20 años- En sus entrañas se han practicado ritos macabros y se han realizado conjuros satánicos con el objetivo de someter con violencia y muerte la vida de un pueblo secuestrado por la malignidad vesánica.
Pero la mano de Dios todopoderoso jamás cierra la puerta a quienes oran con fe y esperanza, por ello un grupo de oración, de los miles que existen en Venezuela, decidió subir a la montaña para ofrendar una vigilia de meditación y rezos a Jesucristo Redentor y pedirle protección para los vivos y cobijo para las almas que cruzaron la frontera al mas alla.
Alrededor de un centenar de personas.de diferentes edades, profesiones, clases sociales, mujeres hombres, todos ciudadanos en condición de secuestro político pero de alma libre y luchadora tomaron el funicular cerro arriba y luego de llegar a la estación abordaron un transporte que los llevara a Galipán.
Los vecinos del pueblo les indicaron que el sitio más propicio para orar por los difuntos era una gruta en lo más alto de la montaña y allí fueron atravesando quebradas, caminos angostos y peligrosos, pendientes empinadas y una oscuridad absorbente que se tragaba las formas y dejaba solamente siluetas y sonidos.
El frio húmedo entraba como agua penetrante por sobre las chaquetas y los huesos se empapaban y adormecían semejando un dolor sordo y envolvente. Los pobladores de Galipan, un grupo numeroso, quiso acompañar a los visitantes y además les facilitaron cobijas y mantas gruesas para resistir la arremetida del viento congelado.
Al llegar a la gruta el cielo se abrió como un portal y las estrellas inundaron la visión, la montaña se desagregó en tonos nítidos de oscuridad que permitía ver con claridad los perfiles de arboles, piedras y otras siluetas entreveradas con ilusión óptica. El ambiente se conecto con una energía integradora y los rezos de boca y corazón tejieron una capa delgada de benignidad corporal que disminuyo el frio e incremento el entendimiento.
Allí se oraba por los muertos ocasionados por la violencia urbana, por la represión política, por las enfermedades sin medicinas, por el hambre y abandono. Allí estaba la sumatoria del dolor de la impotencia y se rogaba a Dios para que estas almas fueran liberadas de estos círculos terrenales. De Pronto, de la nada, sin explicación posible, ante el estupor de los propios habitantes de Galipán que jamás habían visto algo igual, de entre las sombras salieron volando centenares de mariposas blancas. En ese momento todos supieron que eran las almas de sus deudos y cada quien tuvo explicación de cómo fue su muerte, tuvieron revelaciones de sus momentos finales.
Al ver las mariposas pidieron luz y también desde las sombras brotaron montones de luciérnagas y con lágrimas en los ojos, los presentes sintieron que a Venezuela está llegando la fuerza de la resurrección. Dejo constancia que este relato no es ficción, sucedió tal y como lo cuento. Dios con nosotros.