Esta madrugada del viernes “la libertad fue decapitada”, aseveró uno de los visitantes que transitaban por el lugar, al ver el monumento en el Parque Ayacucho.
Los delincuentes ya no respetan las figuras públicas que forman parte de nuestra historia.
Este proyecto empezó en 1930 por el entonces gobernador del estado Lara, Eustoquio Gómez y fue inaugurado el 19 de diciembre de 1933.
Sin embargo, 85 años después, aquel monumento que fue elaborado como un obsequio para la hija en aquella época gobernador de Lara, fue convertido en tesoro anhelado para los delincuentes.
Uno de los arquitectos, comenta que el monumento está moldeado con cobre italiano de hace muchos años, el cual puede aguantar muchos años ante cualquier fenómeno climático. Se mutilaron más de 5 brazos y ahora se suma la decapitación completa que se le hizo a una de las figuras que acompañan a los iconos venezolanos.
El arquitecto que visitó la sede no quiso identificarse, por miedo a represalias hacia su persona. Además, menciona que el cobre robado se lo llevan a Colombia para venderlo, apróximadamente a 80 dólares por el kilo y más si se trata de un material de calidad. Para la reconstrucción del panteón se necesitan de 4.000 a 4.500 millardos de bolívares, lo cual equivale a unos 18.000 dólares.
Algunos usuarios del sector comentan con nostalgia que recuerdan de aquellos tiempos donde libremente se podía caminar a cualquier hora. Esos estudiantes que transitaban la zona luego de salir de clases sin miedo a ser víctimas del hampa, hoy en día se ha perdido.
Roban a cualquier hora, y en las noches es cuando más se desatan. Antiguamente el Parque Ayacucho cerraba sus puertas a partir de las 7 de la noche para evitar que los usuarios paseen por esos lares, sin embargo, ya desde hace algún tiempo las puertas fueron derribadas y otras se tambalean por la inestabilidad.
Algunos vecinos que habitan por la zona, reclaman puntos importantes como la delincuencia que azota a cualquier hora, además, de que tienen azotados a los estudiantes del Colegio María Auxiliadora. Luego de cometer el acto, algunos se resguardan en una de las casas que fueron invadidas por ellos mismos.
El otro punto es que los indigentes que pasan la noche en el parque, ante la desesperación empiezan a cazar a los animales que habitan como ardillas, iguanas o aves. Luego de realizar el acto, proceden en alimentarse del cadáver, ante el descaro del hecho; dejan los restos por el parque.
Los delincuentes han hurtado esculturas como la de Juan de Villegas ubicado en la Plaza La Mora, Francisco de Miranda, José María Vargas, el busto de Federico Carmona, el busto de Simón Bolívar en Carora, entre otros monumentos, que están al ojo de los delincuentes.
Estas anomalías que afectan el sector tienen muy preocupados a los vecinos, por miedo a que la situación siga empeorando. Además de seguir aumentado el índice de robos a las esculturas, que forman patrimonio cultural del estado, estos actos deben cesar y colocar seguridad por el sector.