El estudio en ratas publicado el viernes halló un leve incremento en un tipo inusual de tumor cardiaco en los machos, pero no se presentaron problemas serios en las hembras o en un estudio por separado en ratones. En particular, los científicos no pudieron encontrar evidencia concerniente a tumores cerebrales.
El investigador al frente del estudio, John Bucher, del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental, no piensa modificar su uso del celular ni aconsejará a su familia a hacerlo.
«De hecho estoy sosteniendo junto a mi oído», dijo el doctor Otis Brawley, el jefe médico de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, en una entrevista después de dar a conocer los estudios.
Sin embargo, advirtió que los estudios en roedores no reflejan el uso de celulares en la vida real.
«Estos reportes en borrador crean mucha preocupación, pero de hecho no cambian lo que le digo a la gente. La evidencia de una relación entre los teléfonos celulares y el cáncer es débil. Y hasta ahora, no hemos visto un mayor riesgo de cáncer en las personas. Pero si les preocupan estos datos sobre animales, usen un auricular».
Los hallazgos sobre el inusual tumor de tejido nervioso hallado en los corazones de ejemplares machos de ratas no representan directamente un problema para los humanos, explicó Bucher.
La agencia de Bucher realizó el estudio de 25 millones de dólares a petición de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), que rápidamente aseveró que los celulares son seguros.
«Los límites de seguridad actuales para los teléfonos celulares son aceptables para proteger la salud pública”, reiteró el jefe del área de efectos de la radiación en la salud para la FDA, Jeffrey Shuren, en un comunicado.
Bucher añadió que el uso típico de celulares es «mucho, mucho menor que el que nosotros estudiamos».
Las ratas y ratones fueron bombardeados por nueve horas al día durante dos años con un nivel de radiación tan elevado que los humanos sólo experimentarían brevemente, como cuando un teléfono con una señal débil emplea más energía en busca de una señal más fuerte, aseveró Bucher en una conferencia de prensa.
Extrañamente, las ratas irradiadas vivieron más tiempo que las ratas que no fueron expuestas a radiación celular. Bucher dijo que eso podría ser simplemente por azar, o porque la radiación redujo la inflamación en las ratas, lo que a su vez redujo el riesgo de alguna enfermedad.