El tema de este artículo no es sobre la obra literaria de Alejandro Casona, estrenada en México en 1937, sino sobre la posibilidad de un desatino más de la oposición venezolana, ante otra trampa gubernamental al convocar precipitadamente elecciones presidenciales.
Ir a un proceso electoral sin condiciones previas no encubiertas es hacerle el juego a la dictadura de “relegitimarse” con un simulacro preparado de elecciones. Seguir insistiendo en que las elecciones son la única vía para salir del autoritarismo en Venezuela ofrece la posible creencia de que hay pactos secretos entre algunos sectores de la oposición y el régimen.
La comunidad internacional lo está advirtiendo al declarar que no reconocerán las elecciones preparadas por el gobierno venezolano. Así lo han adelantado los Presidentes de Argentina, Colombia, Estados Unidos, Francia, el canciller español, el Secretario Almagro de la OEA, los cancilleres del Grupo de Lima. Y a esta óptica se suma el formidable documento sobre el tema de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Los Obispos han dicho con lucidez que “se trata de un espectáculo de distracción y alienación en condiciones desiguales contra todo sentido de equidad”. Han llamado la atención sobre llamar a elecciones en medio de la tremenda crisis humanitaria que atraviesa Venezuela. Le han reclamado a la oposición sus posiciones deficientes e incoherentes y han calificado la convocatoria a elecciones como una imposición malintencionada.
Pérez Jiménez en 1957 activó un mecanismo similar al llamar al Doctor Rafael Caldera a que le sirviera como candidato de oposición ante el proceso electoral que convocaban los militares. Caldera le puso condiciones al dictador como el regreso de los exiliados, un CNE imparcial con registro electoral previo, relegitimación de los partidos políticos, libertad de prensa, liberación de los presos políticos. La respuesta del régimen fue colocarle una bomba al líder social cristiano en su casa, que provocó que éste se asilara en la Nunciatura y saliera con su familia al exilio.
Mal hacen AD, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo es prestarse a esta farsa, cuando ya el dictador anda con ventajismo en campaña. El gobierno posee los recursos económicos para el fraude. Solo con un candidato de unidad, observación internacional imparcial, nuevo CNE, una empresa probada que valide el resultado, igualdad total de condiciones para los candidatos, podría ofrecer ciertas garantías. Técnicos electorales advierten igualmente que el tiempo para preparar este proceso no puede ser menos de nueve meses.
A lo anotado habría que sumar algunas frases que ayudan al esclarecimiento:
Un proverbio ruso dice “la serpiente cambia de piel, pero no de naturaleza”. Arturo Graf, poeta italiano dice “Verás cuanta tontería, cuánta bellaquería, cuánta maldad, se esconde a veces bajo la máscara del buen sentido; y Antonio de Solís, escritor español del medioevo afirmaba “Suelen ser atajos los que parecen rodeos”.