Hay deseos que arden por dentro… Hay llamados que nos susurran al oído sin que podamos callarlos…Hay mensajes de otros que reconocemos como nuestros, sin que tengan lógica alguna… el factor común en todo lo anterior es la resonancia.
Es que si hay algo que quieres vivir y no lo has hecho, es porque has mantenido dormido ese poder resonante que hay dentro de ti y, aunque no lo creas, te moverá siempre a vivirlo de una buena vez.
La resonancia es el lenguaje de nuestra sabiduría espiritual, es el hilo conductor entre el ser que realmente somos (en energía divina) y nuestro personaje humano, ese que representa ud. en ese cuerpo físico y que formamos atendiendo ideas y creencias de otros en el desarrollo de nuestras vidas.
Aunque no seamos conscientes, nuestra frecuencia de resonancia o nivel de vibración es nuestro Bien más preciado en ámbitos tales como la protección energética, el desarrollo personal o la autosanación. Se trata de reconocer la “frecuencia media o promedio” que se emite a cada momento; un nivel vibracional que al tenerlo, de forma global en su individualidad, suma a todos sus patrones energéticos, mentales, anímicos y emocionales, integrándolos para generar su propia frecuencia de emisión vibracional.
Una persona con todos esos componentes vibrando a un nivel “alto” (hablando en Hz, la unidad de medida de la frecuencia de una onda cualquiera), incrementará su frecuencia base y lo verá reflejado en su realidad cotidiana, no solo por lo que la “ley de atracción” pueda manifestar, sino por la influencia que esa persona tendrá en los entornos en los que se mueva con su sola presencia.
Cuando aprendemos a vivir desde esa resonancia, a dejarnos guiar por su sabiduría, la experiencia de vida se transforma de manera radical. Se facilita de una manera casi mágica, al manifestarse las sincronicidades perfectas para vivir lo que nos es realmente relevante vivir.
La resonancia es un llamado a reconocer, explorar, sentir, abrazar y alinearnos a nuestra verdad… ¿Cuál, se preguntará ud?… “La verdad de nuestro verdadero ser, no la que crea y proviene desde nuestra mente y sus limitaciones”.
Por ahí dicen: Si lo crees, lo creas… Para eso debes resonar con vibraciones de fe, confianza, pasión y certeza…
Aprender a resonar no se hace tan sólo queriendo, es solo el inicio, hay que practicar, hay que entrenarse para maximizar la sintonía con nuestro yo, nuestro propio ser, nuestra verdad, ya que viviren resonancia es indudablemente mágico ¿Cómo empezar?
La primera clave es: reconocer y abrazar la verdad de nuestra alma.
Es imposible no saber cuál es esa “verdad”, lo que pasa es que muchas veces estamos tan distraídos e hipnotizados por las ilusiones del “afuera” y por las creencia-anclajes creadas en nuestro “adentro”… que no logramos verla.
¿Cómo hacerlo, entonces? Es fácil, pasa por preguntarnos: “¿Cuál es mi verdad? ¿Cómo la reconozco? ¿Para qué me sirve vivirla? ¿Puedo cambiar mi “verdad Ilusoria” de ahora?
Y una de las cosas que puede ir poniendo ya en práctica en su vida para reconocer cuándo está viviendo por resonancia y cuándo no, es teniendo en cuenta que:Tu verdad se manifiesta en resonancia cuando lo que haga y decida le permita sentirse expansivo, liberador, alegre, entusiasta, alineado con la paz y amor de su corazón.
Si por el contrario ante una acción o decisión se siente en contracción, con energía baja o densa… es una señal de resistencia.
Es sencillo reconocerla y ser consciente a cada momento de cómo se siente es el primer paso. Lo que sigue después es un proceso aprendible y experienciable, cuyo secreto está en la constante práctica de auto-observarse, reconocerse, atenderse desde el amor y el respeto, así como escucharse.
¡Empiece ya! Decídase a resonar con lo que le ofrecerá mayor bienestar en su vida… Reconozca su Verdad y emita frecuencias vibratorias que le ofrezcan más posibilidades y momentos para ser más felices y auténticos… ¡Así de sencillo, gente bonita!