El analista Luis Vicente León considera que con las negociaciones “trancadas” en torno a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y las sanciones europeas contra funcionarios, «el atractivo del gobierno para convocar elecciones se amplifica y podría servir como último cartucho para presionar a la oposición (o parte de ella) a negociar».
Agrega que, «incluso sacrificando elementos fundamentales y éticos, para evitar el barranco de llevar al país al ‘primitivismo político y económico total’, el gobierno, lejos de ponerse en mayor peligro, podría fortalecerse frente a una población más pobre y más dependiente de las migajas».
Detalló que “el debate opositor empieza por discutir si se debe o no participar en la elección pese a no tener garantías de competitividad y transparencia. El problema se amplifica cuando cada grupo interno de la oposición intente desarrollar su estrategia, independientemente del otro”.
El presidente de Datanálisis expresó que “la decisión de adelantar las elecciones presidenciales no es una sorpresa. Es obvio que mientras más rápido ocurran, mejor para el gobierno. Primero porque evita el paso de un tiempo que será demoledor en materia económica, con una crisis de hiperinflación e hiperdevaluación como la que estamos viviendo y segundo porque la convocatoria inmediata encuentra a una oposición descolocada, desestructurada y fracturada”.