Con la culminación de la ronda regular, el manager Omar López recordó lo que era un dolor de cabeza producido por altos niveles de tensión.
El puertorriqueño Andrés Santiago partió a su país y con él, se fueron los ocho juegos salvados que aportó a Caribes de Anzoátegui para brindar estabilidad al último inning, después de varios experimentos fallidos al inicio de la temporada.
Luego de algunos sobresaltos en la primera serie de playoffs, contra Navegantes del Magallanes, el ajuste parecía inminente y así surgió un nombre: Nick Struck.
El relevista estadounidense se uniformó de aborigen un poco después de lo esperado.
La gerencia anzoatiguense observó sus recientes credenciales en la Liga Mexicana del Pacífico, donde salvó 10 encuentros y dejó efectividad de 1.78 con los Venados de Mazatlán y no dudó en contratarlo para la semifinal frente a Leones del Caracas.
Sin embargo, no fue hasta el tercer duelo que arribó a Venezuela e hizo su estreno.
Struck no defraudó. Exhibió una potente recta de 95 millas y retiró por la vía del ponche a los dos bateadores del club capitalino que enfrentó para bajar el telón de la noche en el Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel. Desde entonces, todo se traduce en perfección para el apagafuegos en su primera experiencia en Venezuela.
“No importa si eres derecho o zurdo, para mí eres el mismo, haré todo lo posible por sacarte out”, dijo el serpentinero al departamento de prensa de la LVBP.