El puente sobre el río Turbio, en Santa Rosa, es uno sobre el que existe mayor movilización de vehículos, entre Barquisimeto y Cabudare y de aquellos que proceden o se dirigen a los estados llaneros.
Lamentablemente, la vieja estructura no recibe el debido mantenimiento, lo que ha sido denunciado en varias oportunidades por voceros del Colegio de Ingenieros de Venezuela.
Daniel Antequera y Rubén Hurtado han llamado la atención sobre la necesidad de que, desde la gobernación de Lara o del ministerio de Transporte, corrijan las fallas que viene presentando, aunque desde ninguno de esos organismos los han atendido a plenitud.
Apenas desde la gobernación le han aplicado “pañitos calientes” al puente, pero solamente para tratar de mejorar su aspecto ante los usuarios porque, del resto, sobre todo en su parte inferior, nada le hacen.
Durante la anterior administración regional a cargo de Henri Falcón, varias veces adelantaron operativos de pintura de las defensas, dejando las que aún quedan de pie cubiertas de amarillo.
Se pensaba que la nueva mandataria regional, Carmen Meléndez, a través de Invilara, sí se preocuparían por la vieja estructura vial, pero, recientemente, volvieron a la anterior práctica de pintar de amarillo las protecciones que aún quedan.
Debido a impactos de vehículos, en ambos sentidos, el puente deja ver extensos vacíos pues las defensas desaparecieron hace tiempo y nunca se han preocupado en reponerlas, constituyendo esos espacios un riesgo para los usuarios que no están exentos en cualquier momento de caer al río en caso de ser chocados.
La misma situación persiste en la pasarela para peatones, en sentido sur-norte, que también carece de protección plena para los usuarios.
“Lo único que le hacen al puente, desde hace años, es pintarlo de amarillo, pero no le reponen las defensas que tanta falta le hacen para seguridad de los viajeros”, dijo un vecino del sector.
