El 8 de octubre de 2008, el presidente Hugo Chávez, en Consejo de Ministro, desde el Palacio de Miraflores, declaró inaugurada la Planta de Generación Termoeléctrica Argimiro Gabaldón, ubicada en el este del municipio Palavecino, incluida en el llamado Plan de Expansión de Generación de Corpoelec.
Hasta ese momento se le habían invertido 27 millones de dólares, cantidad que, posteriormernte, con nuevas inversiones, llegaría a los 100 millones.
Con esa planta se tenía previsto “incrementar la oferta energética en la región Centroccidental, concretamente en los estados Lara y Yaracuy, y parte de Carabobo”.
La misma está compuesta por 3 grupos de turbogeneradores duales compactos, de ciclo simple de 43 MW cada uno, capaz de generar 120 MW.
Debido a la escasez de gas, desde un primer momento comenzó a ser operada con fuel oil, pero las impurezas de este combustible provocaron fallas en sus sistemas desde un primer momento al punto de que, según un técnico conocedor de su instalación, llegó un momento en que, como el sistema de enfriamiento de las turbinas no funcionaba con normalidad, el personal tenía que refrescarlas echándole agua con tobos.
Las fallas continuaron presentándose y para corregir las de una comenzaron a sacarle repuestos a las otras dos hasta que, finalmente, colapsaron las tres unidades y durante los últimos años no han hecho nada para reactivarlas, de acuerdo a Antonio Patiño, de la Comisión Eléctrica del CIV.
“La planta está literalmente apagada. Ni para prender un bombillo está generando electricidad”, afirma.
Preocupa a los especialistas en la materia el estado de abandono en que la han dejado, lo que puede constatar cualquiera que se acerque a las instalaciones, en lo que será la Zona Industrial de Palavecino.
Los portones de acceso están cubiertos por la maleza en buena parte, los tanques de almacenamiento de combustible han comenzado a ser afectados por la corrosión y desde una parte alta puede verse que en su interior, todo está cubierto también por la hierba que nadie desde Corpoelec parece preocupado en su eliminación.
Pero el ingeniero Patiño considera que aún es tiempo de actuar para que esas instalaciones, desde las que podría garantizarse suministro de electricidad a toda la región, incluyendo de estados vecinos, sean recuperadas y la planta cumpla las funciones para las que fue proyectada.
“En Venezuela, el problema es la falta de mantenimiento, porque se hacen grandes obras, como esa planta, pero no se les da el mantenimiento necesario y en poco tiempo comienzan las fallas que, al no ser tampoco atendidas pronto, terminan en destruirlas, sin importar los millones de dólares invertidos.